EL SEGUNDO NACIMIENTO

 

Salvador Navarro Zamorano

 

 

 

Estamos biológicamente encarnados y traemos en nuestra semilla el átomo permanente de la consciencia espiritual. Somos la primera de las especies que presenta un tipo de consciencia espiritual y material a un tiempo. Ninguna especie dotada de vida se ha levantado para tomar consciencia de sí misma, como ser independiente. Nos componemos a un tiempo de espíritu y materia. Un proceso creativo de millones de años, culmina en esta Nueva Era, donde se ha producido un hijo “la humanidad”, una nueva especie, una nueva criatura de conformación mixta.

         La Consciencia Crística se levanta de manera planetaria y cósmica. En la consciencia material, el hombre permanece en la inseguridad, por eso vivir es un gran desafío donde tenemos la oportunidad de crear la espiritualidad dentro de nosotros, creer en el amor, amar a nuestros semejantes y a nosotros mismos principalmente.

         Las informaciones e influencias que hemos tenido en el pasado hicieron de nosotros seres medrosos y limitados. Nuestra vida no puede consistir sólo en tener que comer y vestir, dónde vivir y disfrutar de los placeres materiales.

         En cada Era o Época existía una cualidad específica que favorecía un tipo especial de actividad. En el siglo XVII nuestros intelectuales cuando veían un animal agonizante aullando de dolor, permanecían sin acusar ningún sentimiento. Decían que los animales eran como máquinas que cuando estaban heridas emitían sonidos horribles.

         De esta manera, nuestras dificultades ya vienen heredadas de nuestros antepasados científicos, que nos lleva a pensar “en lo físico separado del universo”.

         Dentro de un abordaje moderno holístico podemos decir que la consciencia y el cuerpo del hombre, así como la consciencia y el cuerpo de un animal o de una montaña, forman parte de un proceso cósmico luminoso de unidad.

         He tenido experiencias extraordinarias ante una montaña volcánica, donde fui bañado por una serie de sentimientos.

         Ellos me fueron comunicados por la montaña y eso me llevó a entender que este acontecimiento es al mismo tiempo físico y psíquico. Es una interacción electrodinámica cuántica entre los fotones de la montaña con los electrones de mi ser humano. Puedo entonces decir que experimenté interiormente mis sentimientos y mis intuiciones. Entonces, nuestros “sentimientos” no son fabricados en la mente humana trascendente  sino que son transmitidos exactamente como lo son los fotones.

         Lo mismo puedo decir del Sol, cuando soy bañado por su luz. Como cualquier otro acontecimiento es al mismo tiempo físico y psíquico, pues calienta mi cuerpo cuando inflama mi mente. Me transmite energía termonuclear y este acontecimiento integra ambos polos: el ser humano y el Sol. Existe una integración, una unidad.

         En el siglo XVII, la Revolución Industrial institucionó la creencia en el progreso material y tecnológico, pero fue en el siglo XX que los científicos sensibles han intentado explicar la física cuántica. Dentro de los que divulgan la “nueva ciencia”, encontramos a Fritjof Capra que a través de un lenguaje simple nos transmite esta ciencia.

         Cuando estudiaba el I Ching, me di cuenta que lo mismo representaba un código que una ciencia basada en la resonancia holística, pasado y futuro fluyen igualmente, pero se unen en el presente. Fue interesante cuando entré en contacto con el I Ching pues creo que es un sistema ordenador del mundo, con formas básicas y sistemas polares de naturaleza uniforme.

         Partimos del principio de que si el tiempo existe, él es como un circuito de donde tanto el pasado como el futuro fluyen igualmente, pero que ambos se encuentran en el presente.

         Hay una canalización que integra nuevas emanaciones transmitidas por la Madre María y Raphael, el Arcángel del Sol. Tanto su “Manto de Luz” como su “Momentum de energía” había aumentado enormemente por la unión de los pueblos Mayas e Incas con la Madre para agraciar a la humanidad con sus rayos de sabiduría y cura. Esto implica que no podemos vivir la vida fuera de la vida, y que tenemos que confiar en la naturaleza.

         Es lo mismo que arrojar una semilla en la tierra, tenemos que confiar en la tierra y en la cosecha. La ley de la vida es confiar en ella, dejar que haga por nosotros y así no estaremos solos. Si confiamos que está a nuestro favor, nos podrá ayudar, de lo contrario todo saldrá mal. No es que Dios o la Naturaleza haga todo por nosotros, pero si creemos en la Unidad, quedaremos integrados en el Todo. Necesitamos saber que merecemos lo mejor.

         Toda la humanidad viene con una consciencia de dualidad y el gran desafío de este momento planetario es vibrar interiormente con la Unidad. Recuérdese que nosotros no fuimos creados en la perfección de la dualidad, sino en la perfección de la Unidad.

         La canalización de la energía de la Madre es para mí una sorpresa diaria, y he llegado a la conclusión de que la manera de estudiar y reflexionar sobre los misterios de la vida, toman otros caminos que los habituales, y son algo sorprendentes.

         Tengo la certeza de que es necesaria una ruptura con la estructura mental ortodoxa y asumir lo que es evidente en relación al período galáctico que atravesamos, a fin de acompañar las evoluciones que la Tierra pasa a su humanidad para una transformación positiva.

         Si quisiéramos alcanzar un mayor grado de conocimientos tendrá que ser por medio de la evolución de la mente a través de la expansión de consciencia. Un instrumento precioso que nos coloca en expansión y contacto con la inteligencia galáctica.

         Hoy entiendo más que antes, cuando recibí de mis Maestros la importancia de transmitir el conocimiento espiritual a personas interesadas en evolucionar y expandir sus consciencias con la meditación y ejercicios por medio de la Luz Solar. El Sol no es sólo fuente y sustento de vida, sino también mediador de la energía radiante de otros sistemas estelares. Por eso, los Mayas, Incas, Aztecas y otros pueblos, conocían que a través del Sol recibían un saber más elevado.

         La tragedia de la raza humana se da por el hecho de que cada hombre olvida que es un ser divino.

         Si cada individuo se conoce a sí mismo, conocerá la Fuente Suprema, y este auto-conocimiento lo llevará a una consciencia de amor incondicional universal.

         Cuando ampliamos nuestro poder interior, nos hacemos más conscientes de que esta realidad nace a partir del grado de sintonía y atención que creamos conscientemente con aquello que es nuestra verdadera identidad. Es fundamental comprender que aquello que ya somos se transfiere para nuestro mundo, generando una fuerza que atrae una sintonía con aquello que pensamos y sentimos en relación a nosotros mismos y al mundo.

 

 

 

LA FUERZA PRIMORDIAL

         La unidad divina sólo es posible si la materia fuera espiritualizada, esto es, cuando se transforma de nuevo en espíritu.

         Pero la materia por su poder y fuerza propia no puede transformarse en espíritu. Por eso uno de los aspectos de Dios desciende a la materia, se reviste de materia, asume sus características y le da vida como “Sí Mismo”, para que la espiritualidad sea posible.

         Todo lo que surgió sobre el mundo cognoscible cayó desde un punto del Universo, que se tornó entonces su propio punto central. Con la caída se transformó en materia. Y si todo lo que puede ser conocido solamente puede serlo porque se separó del “Todo-Nada”, esa separación es sólo una apariencia, pues la mitad complementaria fue dejado en lo no-manifestado.

         El más elevado ser vivo de la Tierra es el hombre y su tarea consiste en actuar ayudando a espiritualizarse al planeta. Cada hombre se puede transformar desde una persona identificada con su ego hasta una individualidad despierta para el espíritu, y así cumplir con su misión.

         Ese hombre individualizado espiritualizó un pedazo de Tierra, ayudando al planeta a dar un paso rumbo a su evolución. Ese hombre con la consciencia de su luz se transformó en un Guardián de la Luz Divina.

         Una vez que la Fuente Primordial de todas las sabidurías es el Ser Eterno, Dios, que no se revela y está por encima del tiempo y del espacio, siendo sus manifestaciones proyectadas en el mundo dimensional. Para entender bien las Leyes precisamos comenzar por Él.

         Pero nos enfrentamos siempre a la misma dificultad al hablar de Dios. Él está más allá del mundo manifestado y cada ser humano sólo podrá percibirlo a medida que seamos capaces de vivirlo conscientemente, de revelarlo y concretizarlo. Y eso significa que el hombre puede ser un dios. Dios vive en todo y todo vive en Él, pero solamente puede comprenderlo quien no se separó de Él. Solamente Dios puede entender a Dios y esto significa ser una unidad como ser divino, el Dios interno.

         Eso es fácil de decir, pero difícil de ser o hacer, pues el hombre cayó de su autoconsciencia divina y sólo puede imaginar a Dios según su propia fuerza de imaginación y sus creencias.

         ¿Cómo entonces creer lo que la verdadera y viva divinidad es en su perfección, si la imaginación solamente corresponde al grado personal de una parte de la Unidad que cayó y se aisló de ella?

         ¿Cómo lo finito puede comprender lo infinito? ¿Cómo lo temporal puede comprender la eternidad?

         A pesar de los obstáculos, el hombre necesita alcanzarla. El eterno deseo y la añoranza constante lo ayuda e impulsa en dirección a su Yo divino. Pero la sabiduría divina se manifiesta entre su persona mortal y lo eterno impersonal, construyéndose un puente, el intelecto, un regalo peligroso. Por el intelecto, el hombre cae en la tentación, con su consciencia se separó de la Unidad. Pero con el intelecto él es capaz de entender las verdades, comprenderlas y seguir buscando y experimentando, hasta que un bello día encuentre su propio y único camino para la realización de su Yo.

         La Realización significa “ser alguien”. Podemos pensar sobre nosotros mismos, sin que seamos nosotros, nuestro ser creador. Pensar en alguna cosa significa estar separado de ella. Lo que hay en nuestra inteligencia aún no somos nosotros. La inteligencia nos pertenece, es un maravilloso instrumento, un espejo, en el cual podemos proyectar todo y reconocernos, pero no somos la inteligencia. Ella está fuera de nuestro Yo, lo que quiera realices con la inteligencia no eres tú, no significa realización.

         El hombre, cuando busca a Dios fuera de sí mismo, puede pensar en Él, rezarle, amarlo de todo corazón, pero nunca podrá encontrarlo. El creador en el ser humano es el propio Yo, cuya manifestación desde el punto central proyectó el pequeño “yo”, la personalidad, la auto-consciencia. Ese “yo” personal en el hombre es Dios reflejado a través de la materia en el cuerpo.

         Cuando el hombre quisiera aproximarse para volver a la identidad con Dios necesitará recorrer con su consciencia el mismo camino y esto significa recogerla profundamente y, a partir de su yo personal dirigirse a su verdadero Yo, en su interior, sucediendo el encuentro con su Creador, hasta conocerlo conscientemente.

         En ese estado no es la criatura, la persona que se reconoce, una vez que no tiene existencia real, sino el propio Creador que se reconoce en la criatura, en la persona.

         Entonces la separación termina en el momento en que la consciencia se encuentra en estado de unidad, cuando el “pensar en sí mismo” termina, y se transforma en “Ser el Sí Mismo” y en auto-conocimiento. El conocedor, lo que es reconocido y el conocimiento son uno y el mismo sujeto, el Sí Mismo, el Creador que reconoce el Sí Mismo en Sí.

         Resurrección es eso: que el hombre sólo puede vivir a Dios de esa manera. En ese estado él reconoce que ha creado su propio yo y lo crea constantemente. Su yo es el propio Creador pero también es el mismo único yo, el creador de todo.

         Ese estado divino, en el cual el creador se reconoce, representa a Dios en su estado de reposo de sí mismo, cuando uno es tres y tres es uno. Por eso la forma del triángulo equilátero es usada como retrato simbólico de Dios, en el cual el conocedor, lo conocido y el conocimiento, son uno en tres y tres en uno.

         El triángulo trae en sí la perfecta armonía y equilibrio, visto que sus tres puntas están exactamente a la misma distancia una de la otra. La divinidad en su estado primordial de reposo en sí mismo, se revela siempre en la forma de un triángulo.

         Cada forma manifestada es la revelación de la fuerza que ella misma ha construido. Cada forma es también la imagen de la fuerza creadora que la construye y que está en ella.

         Para que la fuerza pueda salir de la ausencia de dimensión y revelarse, necesita un punto de partida. El punto en sí no tiene dimensión mientras no sale de la Unidad, pero cuando quiere revelarse se proyecta y actúa de forma que surge la línea. Con la línea nace la primera dimensión, la longitud.

         La línea en sí es infinita y, como consecuencia, también lo es el número uno. Pero en el mundo de las manifestaciones, en el que existe comienzo y fin, ella tiene tres factores: el punto de partida, el punto final y el intervalo entre ambos. Entonces, la línea contiene en sí el número tres, que es el número clave para el mundo unidimensional. La primera dimensión es la longitud, la segunda es el ancho. El número dos sólo puede nacer cuando dos unidades fueran colocadas juntas. Pero, como fuera de la unidad nada existe, necesita enviar un reflejo de sí misma para que haya una división, una separación, lo que significa la muerte de la unidad.

         Como la línea consiste en una serie de puntos y constatando que la energía creadora en cada uno de esos puntos actúa con la misma fuerza y durante el mismo tiempo, todos ellos salen de la primera para la segunda dimensión, formando cada uno una línea y del conjunto de esas líneas surge una superficie, un cuadrado.

         El cuadrado, es cuatro en uno y uno en cuatro, lo que implica cinco factores: el primero es la línea de partida, el segundo la línea final, el tercero es el lado derecho, el cuarto la línea del lado izquierdo y el quinto, la superficie no revelada entre las líneas. El número clave del mundo bidimensional es el número cinco.

         Las fuerzas creadoras continúan actuando y la superficie consiste en puntos y si en cada uno de ellos actuara la misma fuerza al mismo tiempo, todos los puntos pasarían hacia la tercera dimensión, y de la superficie surge el cubo. Nace la tercera dimensión, la altura.

         El cubo es el seis en uno y uno en seis. Consiste en siete factores, seis superficies reveladas y el factor no revelado, el contenido del cubo, que es el séptimo factor. El número clave para el mundo tridimensional es, por lo tanto, el número siete.

         La forma básica de la materia es el cubo. Los diversos cristales también se construyen según este principio, como la sal.

         Para obtener una superficie tridimensional precisamos partir de una de las esquinas del cubo, contando a lo largo los dos puntos opuestos. Entonces, una de las esquinas será cortada fuera y si continuamos el mismo procedimiento con relación a las cuatro esquinas del cubo, sobrará una forma que se diferencia básicamente del cuadrado, el tetraedro, limitado por cuatro triángulos equiláteros.

         En el cubo está oculta una forma que tiene leyes diferentes de las del cubo, pues ella consiste en cuatro triángulos. Si los tuviéramos en una superficie, ellos formarían un único triángulo equilátero, la representación simbólica de Dios.

         La materia del mundo tridimensional se construye en forma cúbica, pero oculta en sí el tetraedro, construido sobre el equilibrio divino. La materia no puede existir sin ese contenido.

         El mundo tridimensional está construido según esa misma ley, se trate de una planta, de un animal o de un hombre, y representa un cuerpo sujeto a las leyes del mundo tridimensional.

         Existe oculto e invisible, un YO SUPERIOR, divino, la vida del ser eterno. Solamente el hombre es capaz de revelar su Yo Superior, su Dios Interno, mediante sus pensamientos, palabras y acciones, cuando se identifica con su contenido espiritual.

         En cuanto el hombre se identifica con su cuerpo material, él es un cubo opaco. Apenas muestra las características de la materia que lo construye y no deja fluir al divino creador, que permanece en estado latente en su interior.

         El hombre que revela su yo divino es un cubo esculpido, cuyas esquinas están proyectadas hacia fuera y su contenido exteriorizado muestra las cuatro caras del Yo Superior. El hombre utiliza la forma cuadrangular como base segura en el mundo tridimensional, para expresar su naturaleza divina. Por tanto, la pirámide es la forma simbólica de los seres de Dios.

         La representación simbólica del hombre material, que utiliza la inteligencia para servir a su ser material, es una cruz formado por los cuadrados de la superficie del cubo. En este caso, su yo divino está crucificado, sin poder manifestarse y sometido a las leyes del mundo material.

         El hombre material está crucificado en el mundo tridimensional, del tiempo y del espacio, y muere en la cruz de la materia. El ser material  en su ignorancia consigue sólo crucificar el propio Yo Superior, el Dios en Sí Mismo y su yo personal, expresando a Dios a través de Sí Mismo.

         Al hacer el corte en el cubo, partiendo de una de las esquinas que contiene en sí las tres dimensiones, descubrimos el tetraedro. Pero partiendo de las otras esquinas, y haciendo nuevos cortes, se descubre que en el cubo hay dos tetraedros, uno dentro del otro, representando la ley interior del mundo de la manifestación. En la creación ellos aparecen como leyes contrarias, las leyes del espíritu y la ley de la materia.

         La materia es resistencia y el espíritu es vida. La ley del espíritu es irradiación y donación, pero la ley de la materia es contracción y rigidez. Solamente el hombre es capaz de vivir simultáneamente las leyes de los dos mundos. Sus pensamientos, palabras y acciones pueden irradiar desapego y amor universal o irradiar egoísmo y actos diabólicos. Él tiene el libre arbitrio de expresarse.

         La creación comienza cuando una fuerza se destaca de la unidad y se levanta contra el creador como resistencia. Ese es el primogénito de Dios, el espíritu de resistencia que el Padre envía para formar el polo negativo contra el positivo en el transcurso del tiempo a través de Él.

         Ese espíritu de resistencia, que representa el polo opuesto del aspecto revelado de Dios, es la causa primordial que gracias a su efecto dimensional hace surgir la materia. Ese espíritu actúa como ley inherente a la materia, la ley de contracción, densificación y rigidez.

         El Yo, la Vida, impregna la materia muerta y surge un espíritu vivo de la ley de la materia inerte, el reflejo del Yo Divino. Satán es la ley de la materia que se torna viva porque el espíritu divino se la da. Satán está muerto en la materia, siendo su ley, hasta que el espíritu divino lo hace vivo con su propia vida.

         El hombre cuando se identifica solamente con la ley material, sirve y da vida a Satán. Nunca ser vivo alguno ha visto a Satanás, pues sin los hombres él no existe. Sin los hombres, Satán es solamente la ley de la materia. La consciencia del hombre que se identifica con la ley material, se transforma también en satánica y al morir lo hace inconscientemente.

         Satán lo lleva, como su esclavo, hacia la materia muerta, para la oscuridad, hacia la inconsciencia.

         La consciencia del hombre que se identifica con la ley del espíritu divino y que la sirve, sigue viva al separarse de su cuerpo y libera las cadenas de aislamiento de la materia, fundiéndose en la luz eterna con Dios.

         Los dos tetraedros, uno dentro del otro, representan los dos polos de la creación en perfecto estado de equilibrio. Toda la creación reposa sobre ese divino equilibrio. Es sobre el divino tetraedro que la forma primordial de la materia, el cubo, es construida.

         Los triángulos que forman el tetraedro son idénticos a las superficies que unen las esquinas del cubo. El hombre también tiene una superficie en su íntimo como yo divino. Es por eso que él sólo puede encontrar el ser divino en lo íntimo y nunca en el exterior.

         Cuando el hombre se dirige hacia fuera, según las leyes divinas es obligado a prenderse en otras cadenas de cristal, hasta que después de muchos sufrimientos y dolores encuentra el divino ser dentro de sí mismo.

         Es al contacto con la energía interna, con la forma interior que viene más allá de la mente consciente y racional, que pasa más allá de todas las fronteras de la mente subconsciente y trasciende los límites de toda la experiencia personal, que el hombre encuentra la Fuerza de la Fuente Interior. La Fuente Interior no puede ser descubierta sino vivida. Ella emana de un nivel que trasciende a la individualidad y la comprensión.

         Ese Ser Divino, esa Fuente Interior es nuestra por derecho de nacimiento y esa ligazón dentro de nosotros es la que nos relaciona con todos los niveles de consciencia. La busca de la verdad es la Fuente Interior que habita dentro de nosotros.

 

EL CAMINO DEL GUERRERO

 

         El nuevo plano para la Nueva Era es asumirse como un guerrero de la luz, un guerrero del espíritu y volverse responsable en cambiar las formas-pensamientos, hábitos, reflejos condicionados, moldes de conducta, creencias, etc.

         En el proceso de curación, el primer cuerpo que ha de ser trabajado, sería el emocional.

         Realizar la integración con el lado oscuro dentro de sí, el anti-cristo. Polarizar las dos energías internas para que se produzca la metamorfosis y asumir la Fuerza Interna o el Cristo Interno.

         La transformación siempre comienza en el interior de cada uno, produciendo un cambio en sí mismo y el mundo que nos rodea respondiendo a esa mudanza.

         Siguen algunos consejos para conseguir alivio corporal y espiritual.

         1.- La terapia de afirmaciones ayuda en la disolución de las creencias. Por ejemplo: yo soy fuerte, alegre y saludable y cada día que pasa estoy mejor.

         2.- Usar el método de contemplación o atención pasiva, focalizando la situación que haya de ser cambiada, usando la idea tranquilamente y manteniéndola en la consciencia, hasta atraer energía suficiente para que se manifieste como forma. Por ejemplo: visualizar la situación ya resuelta, con la vibración positiva de la idea ya realizada.

         3.- Otro método usado es por la resonancia, actuando a través de los elementos de la naturaleza. Por ejemplo: representar un papel cantando alegremente.

         4.- Crear armonía dentro de sí mismo, dentro de los otros, entre las personas y en la naturaleza, usando la poesía, música, danza, etc.

         5.- Las emociones son generadas por las memorias de cómo reaccionamos en ciertas situaciones, una forma de controlar indirectamente las emociones y cambiar la memoria, sería enseñar un truco al subconsciente. Por ejemplo: la rabia no puede existir sin tensión muscular, ni sin miedo. El truco está en relajarse, el cual rompe muchos hábitos desagradables y enfermizos.

         Es importante entender que la memoria genética está a nivel celular y la memoria experimental o aprendida a nivel muscular. Por ejemplo: la auto-estima está en el tórax y puede manifestarse como un resfriado, ansiedad o asma, a nivel celular. Si una persona se tensiona contrayéndose, el músculo guarda la memoria.

         Entonces, los recuerdos positivos producen endorfinas y los más traumáticos producen toxinas. El secreto es escoger recuerdos buenos para revivirlos.

         6.-  Una cosa importante sobre el subconsciente y la memoria es que cada experiencia, independiente de su fuente, es archivada como memoria corporal. El subconsciente no hace distinciones precisas si la experiencia viene de una fuente interior o exterior de una situación física real o de una película, programa de televisión, un libro, un sueño, intuición psíquica o imaginación. Todo es archivado como memoria corporal. El subconsciente sólo se preocupa con la intensidad de la experiencia, esto es, el nivel de reacción fisiológica (emocional, química y muscular) que ocurrió durante la experiencia. Entonces, una experiencia intensamente imaginada es tan buena como si fuera real, por lo menos en lo que se refiere al comportamiento basado en la memoria. Esa técnica es usada para curaciones y evolución personal. Usar la imaginación sensorial para crear memorias corporales. Esto puede ser aplicado en cualquier condición, tarea, estado, etc. Para el subconsciente la memoria más real es aquella que tiene un mayor impacto sensorial.

         La función principal del subconsciente es la memoria, el recuerdo, y la motivación principal es el placer.

         7.- El subconsciente no puede hacer elecciones creativas, ni puede crear nuevas soluciones, solamente puede hacer aquello que aprendió por experiencias pasadas o copiar de otros en el presente. Cuando tiene que escoger entre una situación penosa u otra de placer, escogerá la placentera, pero sólo podrá hacerlo recordando o recibiendo orientación de la mente consciente. Todo comportamiento, hábitos y acciones son influenciados por la motivación en dirección al placer. Para obtener motivación, el subconsciente usa un arma importante, la sensación. Toda la memoria relacionada con el cuerpo, así como el placer y el dolor, experiencias, emociones o ideas, producen sensaciones físicas.

         8.- La mente es nuestra parte consciente de información interna o externa de memorias, pensamientos, ideas, imaginaciones, intuiciones, inspiraciones e impresiones sensoriales de visiones, sueños, olores, movimiento, tiempo y varios más.

         La función principal de la mente es tomar decisiones y dónde tiene que centrar su atención. La mente decide lo que es importante y lo que no lo es, la atención sigue a la decisión. La atención es una forma que toma una decisión, que dirige la percepción, así como la actividad. Una decisión no hace que el futuro sea de una manera determinada. El modo como seguimos pensando después de haber tomado una decisión, es lo que hace al futuro ser lo que es. Nadie puede tomar una decisión equivocada sobre el futuro porque una decisión presente no crea un acontecimiento futuro. Decisiones en el presente sólo pueden crear acontecimientos actuales. Acontecimientos futuros son creados por decisiones futuras, decisiones realizadas cuando el futuro sea una experiencia del momento presente.

         El arma principal de la mente es la imaginación. La mente adora la lógica, pero entender no es necesario para traer un cambio positivo. Existen personas que se sienten mejor si tuvieran explicaciones, pero esto sucede porque el miedo está presente. Como la mente es la única parte bajo control directo, el desarrollo de la imaginación es importante, pues es a través de ella que podemos influenciar y dirigir nuestra propia apariencia y la del mundo que nos rodea.

         9.- El espíritu es concebido como una característica de la “fuente”, una esencia, el Yo Superior, el alma.

         La función del espíritu es la creatividad bajo la forma de experiencia mental y física.

         La mente genera un patrón que decide aquello que es verdad para ella.

         La razón memoriza este patrón de pensamiento.

         El espíritu lo usa para manifestar la experiencia.

         La motivación principal del espíritu es la armonía.

         El espíritu constantemente da inspiración para mejorar los moldes de conducta y esta inspiración puede venir mentalmente como una meditación o físicamente como un presagio contenido en el movimiento de las nubes, hojas de los árboles que se caen, pájaros, animales, en el contenido de una frase, en un libro, etc. La motivación es para ayudar al Yo Superior a integrar sus patrones más armoniosamente con otros en la comunidad y en el ambiente. El destino somos nosotros que lo escogemos, y el llegar a un determinado lugar, pero la dirección, las actitudes para alcanzarlo y el objetivo quedan de nuestra cuenta.

         El principal instrumento del espíritu es la energía y el Universo está hecho con ella, es la energía la que sustenta, mantiene y cambia los sueños en la vida. La imaginación de la mente dirige esta energía y la sensación del corazón nos hace experimentar sus efectos.

         Una de las mejores formas de comunicarse directamente con el Espíritu es decir “gracias”. Gracias por las cosas buenas que están fluyendo en el presente y por las que vendrán. Que Así sea.

 

 

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

1º Principio – El mundo es aquello que piensas que es.

         En el campo de la metafísica, los pensamientos atraen telepáticamente su equivalente.

         Todos los sistemas que describen la vida y sus resultados son invenciones arbitrarias, basadas en ciertas decisiones de aceptar interpretaciones de la experiencia. Lo que realmente importa no es si un sistema es el verdadero, concepto arbitrario, especialmente cuando funciona para ti. Si el mundo es aquello que piensas que es, entonces debes ser capaz de cambiar tu mundo, modificando tu pensamiento.

2º Principio  - No hay límites.

         Un universo infinito indica una experiencia infinita.

         El concepto de limitación creativa establece los límites de un universo infinito, a fin de crear experiencias particulares. Pero las limitaciones filtradas son las impuestas por ideas y creencias que inhiben la creatividad en vez de reforzarla, como creencias que crean la incapacidad y la falta de esperanza o venganza y crueldad.

         Cada parte de la vida está ligada a otra y lo que afecta a una afecta a todas en diferentes grados. Un símbolo de la vida es la tela de araña, que representa el sueño de la vida. La araña representa el mago que teje la tela.

         Si no hay límites, todo es posible y lo que tenemos que hacer es creer en eso y experimentarlo. Cuanto más crean las personas  que el cambio que quieren hacer es posible, más fácil será que ocurra. Experimenta ser un tejido de sueños. Nuestra energía o espíritu se extiende hasta las confines del Universo. Estamos todos unidos a todo, porque no hay límites.

3º Principio  -  La energía sigue al pensamiento.

         Dos técnicas son bien afines a este Principio: la hipnosis y la meditación.

         Meditación significa simplemente pensar profunda y continuamente, esto es, mantener la atención centrada. Esa atención canaliza la energía del universo hacia la manifestación física, equivalente al interés prestado. Cuando mente y corazón meditan la magia acontece.

         La hipnosis es una forma de meditación, como un estado de atención mantenida y centrada. La diferencia es que la meditación es considerada espiritual y la hipnosis es una práctica.

         Como procesos, las dos son simplemente técnicas diferentes con el mismo fin, reajustando nuestro interés en creencias y expectativas más positivas. Como estado, ambas tienen condiciones idénticas de mantener la atención centrada.

4º Principio  -  Ahora es el momento del poder.

         La ley de Acción y Reacción implica que las circunstancias del presente son el efecto de las decisiones y acciones del pasado. El chamanismo dice que el pasado no te ha dado lo que tienes hoy, ni ha hecho de ti lo que eres en el presente. Son tus creencias, decisiones y acciones de hoy sobre ti mismo y el mundo que te rodea, que te ha dado lo que tienes y ha hecho lo que eres. El karma existe y funciona solamente en el presente. Tu ambiente y circunstancias en este momento son reflejos directos de tu comportamiento mental y físico en este instante. Cada día es una nueva creación y cualquier creencia o hábito puede ser cambiado en el presente.

         El ambiente social de la infancia así como los padres nada tiene que ver con las circunstancias presentes, pero aquello en lo que tú crees sobre ellos ahora y cómo reaccionas a esas creencias, ciertamente te afectan. De la misma forma que te cambias a ti mismo en el presente, tus pensamientos y comportamiento, transformas también el mundo. Eso significa que a partir del momento presente podemos mudar el pasado y el futuro.

         Culpa, miedo, rabia, resentimientos y preocupaciones, mantienen a muchas personas apartadas del presente y privadas de las alegrías de la vida.

5º Principio  -  Amar y ser feliz.

         El amor existe en la medida que eres feliz con el objeto de tu amor y lo que recibes por amor, y la felicidad e intensidad de este, depende de cuán profundamente estás amando.

         Amar profundamente significa estar en unidad y la profundidad y claridad de esta unión crece, cuando el miedo, la rabia y la duda son emovidas. La llave del éxito es simplemente aumentar la apreciación por aquello que te gusta y elogiarlo. El hábito de la autocrítica causa depresión, contrae los músculos e inhibe la conscienciación, la memoria y el flujo de energía, haciéndonos débiles y sujetos a enfermedades y accidentes. La manera de mentalizar o anular una crítica o un infortunio es bendecirse a sí mismo y a todas las cosas en el Universo.

6º Principio  -  Todo poder viene de dentro.

         Si no hay límites, el Universo o Fuente de la Vida es infinito, y si fuere infinito, todo su poder está en todos sus puntos, inclusive en el punto que describes como siendo tú mismo. Entonces nada te acontece sin tu participación.

         Cada acontecimiento que experimentas, lo atraes creativamente a través de tus creencias, deseos, miedos y expectativas, reaccionando a eso de manera habitual por una respuesta consciente. Nadie nos hace infelices, sino que lo somos porque los demás no actúan de la manera que nos gustaría que ellos actuasen, o de la forma que pensamos deberían actuar. Todo viene de nuestras creencias, actitudes y expectativas.

         Si el poder está en nosotros para crear, también lo está para cambiar. Todos los elementos y objetos del Universo natural tienen el mismo poder de crear experiencias. El viento, las flores, las estrellas, los mares, la lluvia, las nubes, todo tiene el mismo poder. Trabaja respetuosamente aceptando esos poderes y no intentes imponer tu voluntad. El poder viene de la autoridad y hablar con ella quiere decir hablar con la confianza de que tus palabras producirán resultados. Ese es el secreto de la oración, bendición y afirmaciones. La autoridad es la clave de la consciencia creativa, sea usada con palabras, visiones o sentimientos. Para desarrollar el sentido de autoridad, acepta todo como está, sin duda o crítica de manera que cuando des una orden para cambiar, estas mudanzas ocurrirán.

7º Principio  -  La afectividad es la medida de la Verdad.

         Muchas personas piensan  que los fines justifican los medios, pero en realidad es lo opuesto, son los medios los que determinan el fin. Ejemplo: la curación es la meta y la eficacia es el criterio y no la prueba de un sistema o de un método.

         Si la paz en la Tierra no se produce todavía, tenemos que crear nuevos métodos para que se manifieste. La vida y los medios de mejorarla existen en la variedad. Todo problema tiene más de una solución. Si un método no funciona, cámbialo por otro, a fin de alcanzar tus objetivos. Si la meta que has escogido para seguir fuere realmente importante, nunca desistas, cambia solamente la táctica.

 

 

                            RESISTENCIA Y CAMBIO DE MÉTODO

         La resistencia natural produce el ciclo saludable de la vida, en la cual las cosas siguen sus patrones siempre flexibles para adaptarse a los cambios.

         La fuente de la depresión es la resistencia antinatural, la falta de relajación y flexibilidad.

         La resistencia puede producir tensión significativa en la musculatura del cuerpo, produciendo síntomas anómalos.

         Para reducir la resistencia tenemos que cambiar los patrones de reacción, esto es, mudar la atención de la mente consciente para descentrarla reduciendo o aumentando la resistencia.

         La resistencia viene también del miedo y del dolor.

         El miedo natural tiene la finalidad de alertarnos ante un peligro inminente y, en ese proceso natural, el miedo desaparecerá después de la acción.

         El peligro está en la imaginación creativa con la que generamos un miedo anormal y que puede durar mucho tiempo después del incidente.

         Un ejemplo para aclararlo mejor es cuando después de un accidente comenzamos a imaginar lo que podría haber pasado, en el caso de que no hubiese estado en el lugar la persona que nos salvó o algo parecido.

         La persona en vez de sentirse feliz por haberse salvado, se aturde con fantasías absurdas.

         Moviendo la fantasía creada por la mente, produce tensiones en su cuerpo.

         Los síntomas pueden aparecer en forma de parálisis, rigidez, ansiedad, naúseas, mareos, etc.

         La resistencia emocional está relacionada con el miedo anormal.

         Para cambiar la situación, centraremos nuestra energía en deshacerla. Por ejemplo: en alguna parte del cuerpo donde haya un dolor, colocar la mano suavemente sobre la zona dolorida y decir: “Sea lo que fuere que esté relacionado con el dolor, lo perdono completamente”.

         La rigidez y cualquier tipo de dolor es un factor de rabia. Donde haya hinchazón, infección, inflamación, fiebre, heridas, tumores, la rabia está presente.

         Relajarse es la solución para no sentir rabia o miedo. El perdón es un proceso de decisión que sea lo que quiera haya pasado, ya no tiene que importar más.

         La resistencia mental que genera la depresión es diferente de la emocional. Así como la evaluación difiere del análisis.

         La resistencia emocional viene de pensar que algo malo está pasando.

         La resistencia mental viene de pensar en esto de manera equivocada. Ella adquiere forma de crítica negativa y cada crítica individual que el consciente siente, es como el impacto de un golpe y causa de una cantidad de stress. Diversos golpes a lo largo de la vida acaban somatizando una gran depresión.

         Recordar aquello que no hemos hecho correctamente impide el aprendizaje. Criticar refuerza aquello que se critica y creamos frustración.

         La crítica constructiva no tiene ningún valor porque, generalmente, es más una disculpa para criticar que para ayudar.

         Si queremos realmente ayudar a alguien, debemos dirigirnos rectamente hacia el éxito.

         Una reacción a la crítica da como resultado un ataque de asma, alergias, resfriados, dolores de cabeza y artritis (rigidez del pensamiento).

         No olvides que un elogio mentaliza la crítica haciendo a la persona más receptiva a lo que deseamos transmitirle para ayudarla. Ejemplo: “Encuentro que pones mucho énfasis cuando das color rojo en un cielo azul, pero es una bella pintura y me encanta la manera cómo haces las ondas”.

         La resistencia espiritual es el resultado de la tensión cuando encuentras o te apartas de un estímulo físico, ante reacciones de miedo, rabia, resentimientos o te defiendes contra la crítica negativa.

         La tensión de la resistencia ocurre cuando queremos o intentamos separarnos de algo.

         En la resistencia espiritual hay un alienamiento, como una separación de alguien, de algún lugar, de un grupo o del resto del mundo, porque separada la persona siente que no pertenece a ninguno de ellos y esto ocurre debido al hecho de no sentirse aceptado.

         Hay también infinitas creencias que pueden causar estos síntomas, pero la causa de eso realmente no importa. Lo que sí interesa es que cuanto mayor es la alienación, mayor será el stress negativo.

         Es lo mismo que dormir mucho causa pereza y dolores en el cuerpo. Volver hacia dentro del cuerpo es una molestia lo que induce a pasar períodos alienados más prolongados.

         La alienación puede suceder también cuando la persona practica mucha meditación, haciendo difícil y poco confortable “retornar al interior del cuerpo”.

         Lo que podemos hacer es un test de “cómo nos estamos sintiendo”.

         Un período saludable de separación producirá bienestar al reunirnos nuevamente con los otros.

         Si la alienación espiritual fuese un problema, la unión consciente con una actividad física, con personas, o con la tierra, sería útil.

         La solución más productiva a todo esto es el amor incondicional. En esto no necesitas hacer esfuerzo alguno, ni intentar pasar tu energía al cuerpo de otra persona, ni intentar ser canal de energía, de tu respiración o de tu mente.

         Simplemente mantienes la atención del amor incondicional y la energía sabe exactamente qué hacer, mientras el resto sucede naturalmente.

         Cuando colocas las manos sobre el cuerpo de alguien, sucede lo mismo. El foco de tus manos induce un flujo de energía entre ella, como la electricidad por un cable.

         El efecto de ese flujo es doble, porque cuando lo aplicas en alguien, también te beneficias.

         La manera más eficaz de romper la resistencia espiritual es usar una técnica directa, relacionada con el cambio de las emociones y los moldes de la memoria.

         El momento presente es la única realidad.

         Si el Universo es infinito, tú también lo eres y si es así, entonces estarás en todas partes.

         Si estás en todos los lugares podrás estar consciente de cualquier cosa y lo influenciarás todo, poniendo tu atención donde quieras que sea.

         La llave es la pureza de intención y la claridad de la atención.

         Puedes curar tu mente siguiendo estos cinco pasos:

         Primero, sabiendo donde estás en la vida. Es el reconocimiento de que existe un solo poder, la Fuente Suprema.

         Existe una energía en el Universo y ella está fluyendo a través de ti.

         Segundo, crear una visión de lo que deseas. La sabiduría y la Inteligencia Divina disuelve la causa de cualquier barrera para que consigas el resultado deseado, mientras no perjudiques a terceras personas.

         Tercero, hacer un plan de acción y hacer el trabajo mental para concretizar tu visualización. La Inteligencia Divina disuelve la causa de la atención emocional negativa.

         Cuarto, actuar de conformidad con el resultado deseado, pues ya ha sido creado en la consciencia.

         Quinto, dirigir la mirada hacia la Fuente Interior, liberando todo en la luz.

         Recapitulando:

         1º Reconocimiento. “Un solo poder  - La Fuente Suprema”.

         2º Unificación. “YO SOY UNO” con la FUENTE.

         3º Declaración, “lo que se quiere, siempre en el presente, viendo claramente como ya siendo”.

         4º Agradecimiento, por la forma que está tomando en tu experiencia. Mantener la alegría ante esta manifestación.

         5º Liberación, “Yo libero en la Luz Divina y dejo actuar a la Fuente Suprema. Libero mis palabras para la Acción de la Ley”.

         Esta liberación es una entrega total.

         Si usamos correctamente la Ley Universal recibimos en Abundancia Divina aquello para lo cual creamos un equivalente mental o una consciencia.

         La cualidad del pensamiento se refleja, inevitablemente, en las circunstancias de nuestra vida.

         Lo que vivenciamos son las consecuencias impersonales de nuestras elecciones.

         Nosotros somos castigados por cometer errores, pero son estas equivocaciones las que nos castigan a través de la acción impersonal de la Ley de Dios.

         La consciencia de algo determina la creación de aquello que queremos. Al tener consciencia de alguna cosa, sea aquello que fuere, esta consciencia que es Dios, pasa a crearla.

RENACER EN LA LUZ

         Cuando somos espiritualmente conscientes en un grado más elevado, absorbemos fuerzas más potentes y aumenta la resistencia del cuerpo y los nervios del mismo.

         El grado más elevado de consciencia es el del Creador divino en Sí mismo. Tomar consciencia de esa fuerza aumenta el consciente de luz y nos coloca en la responsabilidad de dominar los instintos animales, pues representan un gran peligro.

         La mayoría de las personas viven con su consciencia en el tiempo y espacio, pero una persona iniciada, aunque esté dentro de un cuerpo material, puede disfrutar de la libertad y vivir con su consciencia en otras dimensiones sin perjudicarse con esto.

         Cuando menciono a una persona iniciada, quiero decir aquella que dio inicio a la acción de conocerse como luz, como espíritu.

         Eso significa que podrá sintonizarse y abastecerse de la energía de la Fuente y aumentar su energía vital colaborando en su medio ambiente con la radiación de energía de cualidad superior.

         Todo ser humano, aunque no posea consciencia de su espíritu, recibe energía pero no amplía su consciencia, pues no tiene experiencias conscientemente vividas de esta verdad.

         Tornarse consciente significa saber conducir las vibraciones correspondientes a los nervios del cuerpo y a través de él.

         La energía vital circula en la columna vertebral y su flujo, transformado, según los diversos chakras, o centros de energía, son llevados por el cuerpo.

         Un iniciado vive conscientemente la energía vital, fuerzas creadoras vibratorias de la Fuente y tiene consciencia de la circulación de ella por sus nervios y cuerpo. La consciencia de algo que sucede naturalmente, aumenta la intensidad.

         Los centros nerviosos tienen que ser despertados y es necesario aprender a dominarlos. Los ejercicios físicos corporales, así como los movimientos, auxilian la circulación de la energía. Las posturas corporales asociadas a los ejercicios respiratorios, dirigiendo la consciencia hacia diversas partes del cuerpo, ayudan a concentrar la energía en la zona escogida, mejorando la salud.

         Paralelamente, con el trabajo diario que hacemos, debemos introducir la consciencia espiritual.

         Procurar estar centrado en la existencia de la Unidad, viendo al mundo material con su dualidad, como una ilusión. Es una ilusión unida a la verdad relativa de todas las cosas que son impermanentes.

         La Naturaleza Pura es una verdad absoluta. Mantén siempre la consciencia en la Mente Pura, el YO SOY, tu verdadera naturaleza, expresándose, y confiadamente dejar fluir la energía. Siéntete agradecido por tener esta consciencia elevada y por la vida humana que disfrutas.

         Al entrar en el sueño, aprovéchalo para trabajar en ellos, como parte de la misma ilusión de verdad relativa. Queda consciente en el sueño de la verdadera consciencia de luz que tú eres y aprende a dirigirlos.

         No quedes atrapado por las experiencias de los mundos subterráneos de bajas vibraciones, pues están unidos al miedo, la rabia, temores, apegos, etc.

         Procura ser hábil en situaciones difíciles y con determinación podrás soltarte del miedo hacia tu seguridad propia.

         El miedo y todos los sentimientos negativos vienen de la separación de la consciencia de unidad.

         Después de larga práctica descubrimos que cada estado de consciencia proviene de nosotros mismos y siempre a partir del íntimo. Cada persona proyecta su propia opinión fuera de sí y ella nos estimula interiormente, pero no los acontecimientos exteriores en sí. Por tanto, queda atento y obsérvate día y noche, para saber dónde colocas tu concentración.

         El resultado final deseado es que el iniciado obtenga la capacidad de permanecer en perfecto estado de paz espiritual bajo cualquier circunstancia. Otra gran tarea consiste en no permitir que los pensamientos se agiten dentro de tí, con su propia voluntad y sin organización.

         Aprovecho esta lectura para recordar que no nos debemos permitir vivir sueños angustiosos que causan intranquilidad dentro del sueño y después al despertar. Cambiemos todo hacia lo positivo, creando situaciones armoniosas, transformando y transmutando todo, esto es, realizar la alquimia real. Todo guerrero de la luz es un alquimista.

         Practicar la concentración es darse a sí mismo la orden de pensar en un único punto.

         Concentración es estar “con el centro en acción”. Para conseguir eso podemos usar un mantra, una frase, una oración, etc. Ejemplo: “YO SOY el Divino Ser manifestado”. Hemos de repetirlo muchas veces.

         Concentrarse significa reunir todos los pensamientos y centrarlos en un solo punto, reunir todas las fuerzas de la inteligencia y de la consciencia, manteniéndolas unidas.

         Las palabras que se pronuncien se seguirán unas a otras, tanto temporal como espacialmente. Cuando acabes de pensar en la frase, o en la oración, necesitas volver a comenzar y pensarlas otra vez, desde el principio al fin.

         Eso te llevará a experimentar que es imposible concentrarse en las palabras.

         Descubrirás que las palabras representan una fuerza de resistencia para la energía de la concentración, y por eso no habrá fuerza en el punto central.

         Intenta ahora otro ejercicio: el de concentrarte en una letra. Por ejemplo, la O, o, o, o, . . .

         Pronúnciala, concéntrate en la experiencia. Verás que aun no lo consigues, pero vas a vivenciar el paso hacia la Cuarta dimensión, pero no has llegado a la concentración perfecta.

         Después, para llegar a concentrarte en un punto, tendrás que abandonar las palabras y concentrarte sólo en el sentido de la frase, sin palabras o formas.

         Ahora, retorna a la frase “YO SOY el Divino Ser manifestado”.

         Concéntrate en el sentido de la frase, sin palabras, solamente en el significado. Siente y vive con alegría esta experiencia.

         La concentración no es un estado duradero, sino una transición entre el mundo proyectado y el ser.

         Pensar en algo significa salir de sí mismo, pues el contenido es proyectado hacia fuera por la inteligencia. A través de la concentración se traza el proyecto de vuelta hacia nuestro interior. Lo que se pensó se torna idéntico al pensador, al YO SUPERIOR. Los dos factores se juntan en una unidad, lo creado retorna al creador.

 

 

 

 

 

LOS TRES PASOS

         Existen tres pasos para iniciar el proceso de renacer en la Luz, en la consciencia del espíritu.

         El proceso de integración y desarrollo del ser se inicia con la ascensión de la consciencia.

         El primer paso es aceptarse como ser divino, como co-creador del Universo. Hacer la unión de la consciencia material con la espiritual y actuar con la consciencia de tu YO SUPERIOR. Unifica la razón, cerebro del lado izquierdo, con la intuición del lado derecho. No eres un espíritu, tú eres Espíritu que posee un cuerpo físico para manifestarse en esta tri-dimensión de la Tierra.  

         La chispa de la vida, YO SOY, está como escondida dentro de tu interior, en tu dualidad, por tanto es necesario traer siempre la consciencia de la energía de la Fuente, penetrándolo todo y siempre presente en la vida.

         Iniciar la tarea del casamiento espiritual con tu YO SUPERIOR y comenzar a hacer las afirmaciones como centella de vida.

         Es necesario hacer afirmaciones o peticiones para que esta Presencia Divina se haga cada vez más presente en tu vida.

         Existen varios ejercicios para que esta integración ocurra naturalmente.

         El segundo paso es vivir como co-creador del Universo en todos los momentos de tu vida. Con la consciencia de la Unidad puedes crear en conjunto con la Inteligencia del Universo nuevos atributos de vida. Esto quiere decir que habrá un cambio interior de comprensión según la dualidad de la vida externa que vivimos.

         Nada impide la realización de las leyes del mundo material, pues ellas tienen una razón para existir y deben ser cumplidas. Pero la Ley Única es una condición interna de cada individualidad, de comprensión de unidad, y nada impide el procedimiento según las leyes materiales.

         Dando este segundo paso como co-creador, comenzarás a programarte para la “limpieza” con relación a tus hechos anteriores. Las viejas costumbres y hábitos de pensamientos, emociones y acciones, deben ser transmutados para que los nuevos puedan aceptarse.

         Al aceptar nuevas posibilidades comienza a trabajar, a fin de que los cambios ocurran y así, lentamente, pasas a co-crear con la nueva parcela energética de la Presencia Divina.

         La personalidad material se vuelve dócil, aceptando la individualidad espiritual y juntas suman energías, a fin de que la Chispa Divina muestre el “camino de vuelta a casa”.

         Cada uno tiene su propio camino y es realizado por sí mismo a través de la evolución de su consciencia con relación a su verdadera identidad.

         La arrogancia y orgullo del ego-personalidad no permiten la aceptación de la inocencia y pureza de la individualidad espiritual. De esta manera, la Presencia Divina YO SOY queda inhibida para manifestarse.

         La Fuente Suprema, el Creador de todo y de todas las cosas, sabía y sabe lo que Él estaba haciendo cuando nos creó junto con todo lo demás.

         Cuando el ego negativo deja de ser tan severo, todo se transforma y cambia a través de nuevas actitudes al aceptar la ascensión en todos los sectores de tu vida, material y espiritual.

         Practica los ejercicios que te ayudarán a contactar más directamente con tu YO SUPERIOR. Vive más tu vida cotidiana con tu alma presente, y tu intuición divina te ayudará a vencer los desafíos impuestos por la propia vida tridimensional que tenemos  y que puede ser vivida con la consciencia de la cuarta, quinta, sexta y séptima dimensión o más, conforme nos lo podamos permitir.

         De esta manera estaremos valorizando al Creador y a Sí propio, y la Fuente Creadora nos podrá dispensar su apoyo.

         El tercer paso es expandir la consciencia, reconociendo su conexión con la semilla estelar, con la consciencia universal. Esa aceleración de energía nos llega por el chakra coronario, a fin de expandir la consciencia y pase por los Portales de los reinos superiores.

         Nuestro sistema solar tiene doce Portales Solares y energías superiores planetarias, cósmicas y universales.

         La consciencia de la luz, la consciencia crística que es una luz cristalina, une frecuencias vibratorias de los Doce Portales Solares y otras energías superiores.

         Esa energía del egregor crístico viene de todas direcciones del Universo. La unión telepática  con el centro energético del egregor ayudará a mantenerse en el poderoso foco creador, ayudando así a la expansión de tu consciencia para otras dimensiones y de viajar hacia ellas.

         Estamos en una misión de amor y evolución espiritual, individual y planetaria con relación a la Tierra.

         La Tierra está naciendo de nuevo, una Nueva Era, un nuevo ciclo evolutivo que genera mudanzas y transformaciones.

         Existe en el Universo un ciclo continuo de nacimiento y muerte y viceversa.

         Actualmente, los grupos de trabajadores de la Luz, los guerreros de la paz, están siendo convocados por la Gran Fraternidad Universal para colaborar en la concentración del servicio de establecer vibraciones positivas en el sistema de red a través de toda la Tierra, ayudando así al planeta, sus reinos y toda la humanidad.

         Todo servidor de la Luz, como Guardianes de la Llama de la Luz, de la Verdad, Justicia y Libertad, puede ejercer un efecto positivo sobre el resultado de estas transformaciones exigidas y que son necesarias que acontezcan.

         Los Guardianes de la Llama, los guerreros de la paz, son como semillas estelares, seres poderosos en una misión que consiste en crear puentes para el siguiente nivel.

         Por tanto, ocurre un trabajo individual paralelo al universal.

         Nuestra misión es desempeñar un papel como un ser estelar en la Tierra y fue prevista la colaboración de los “elegidos”, aquellos que independientes de su problemática individual, se eligen como Guardianes de la Luz, un Guerrero de la Paz, una semilla estelar, ayudando en la construcción del puente dimensional para la Tierra.

         La primera cosa a realizar es construir un puente para sí mismo y después ayudar a los otros para que consigan comprender y aceptar los nuevos conceptos, para que realicen el “nacimiento en la luz”, como seres individuales y divinos.

         No es cuestión de convertir a nadie, sino estar en el momento presente consciente de esa nueva perspectiva del nuevo ciclo y mantener una conexión directa con la Fuente Creadora.

         La Tierra está pasando por un maravilloso proceso de nacimiento, como cada individualidad tiene esa oportunidad en la vida material.

         Este es un tiempo para no preocuparse en juzgarse a sí mismo, a los otros o cualquier otra cosa, sino para quedar encantado por pasar por cambios que nos transforman en seres evolucionados.

 

 

 

                   MIRAR MÁS ALLA DEL YO LIMITADO, PARA VERLO ILIMITADO

         Encuentra tu esencia interior, tu Yo interno, que es muy diferente a la mente y las emociones.

         La mente siempre compara lo nuevo con lo viejo y toma una decisión: eso es bueno, eso es malo, eso vale la pena, eso no sirve para nada.

         Las emociones ofrecen respuesta inmediata e impensada a cualquier situación.

         La mente consulta su banco de datos, de memoria y suministra una reacción retardada.

         Las emociones dan una reacción al instante.

         El Guerrero de la Luz ve el mundo como un todo y deja que sea lo que es. No es un acto pasivo, sino activo al aceptar todo cual es, visto a la luz de la aceptación, que es la luz del amor. El amor del Guerrero está envuelto en el silencio, en una postura interna. La esencia interior del Guerrero ve el mundo real y no el mundo a través de los sentidos, con aquello que ve y siente.

         Tanto la mente como las emociones de los hombres son selectivas. La mente tiene sus propios métodos para hacer sus elecciones. Ella prefiere escoger cualquier cosa que repita una experiencia agradable del pasado. La mente se concentra en una cosa cada vez y cuando escoges algo, necesitas rechazar las otras. Lo que rechazamos tiende a ser marcado por el miedo.

         Ese hábito de seleccionar y escoger acaba haciendo que dependas de mucha energía, porque tu mente está constantemente vigilante. Ese estar permanentemente alerta para que la tristeza, la soledad u otras experiencias dolorosas no vuelvan a suceder, hace que pierdas mucha energía. Entonces, no puede haber silencio interno y sin él no hay espacio para que tu Yo ilimitado pueda actuar. Es sólo en el silencio que puede haber un verdadero aprecio por la vida.

         El Guerrero de la Luz vive con su Yo ilimitado y acepta todos los actos de la vida, los considerados buenos y malos, con satisfacción, por su sabiduría interna, mirando dentro de sí, donde sólo hay paz.

         La mente del hombre común está habituada a rechazar emociones y resistir sentimientos dolorosos, pero eso no da ni paz ni alegría.

         Lo mejor es no discutir con la mente; no pensar, ver como el Guerrero, solamente la paz interna. Esa es la clave, pues todo lo que puedes ver en tu mundo interior es lo que tendrás en el exterior.

         Observa al Guerrero de la Luz, el Yo ilimitado que está dentro de ti y deja que el agua de la sabiduría comience a penetrar en los pasajes secretos existentes dentro de tu ser. Deja nacer tu luz interior.

         La esencia del Guerrero de la Luz es la transformación. El Guerrero se ve a sí mismo donde quiera que mira, porque su visión es inocente.

         Cuando miramos para nosotros mismos, vemos nuestra auto-imagen. Vemos una imagen repleta de condicionamientos obtenidos a lo largo de nuestras vidas.

         El Guerrero de la Luz no tiene rótulos para las cosas, por tanto las ve siempre como nuevas, un mundo lleno de novedades.

         El hombre común mira fuera y queda fascinado con las cosas; todo recibe un nombre, un rótulo y después de rotularlas, deja de contemplarla y pasa a ver sólo el rótulo. Esa obsesión de nombrar las cosas es pura y simplemente una actividad de la mente. La mente no puede reaccionar sin un nombre. Todo lo que la mente conoce, entra en lo monótono. La mente crea tedio por lo que ya conoce.

         El Guerrero de la Luz nunca ve la misma cosa dos veces de la misma manera. Cuando la mirada es pura, consigue ver la cualidad. Es el ego-personalidad que necesita constantemente estar en transformación. Actuar con inocencia es olvidar el juzgar, estés cansado o deprimido, con miedo, rabia o culpa. La inocencia está más allá de la mente. La clave está en impregnar todas las cosas con su esencia. La inocencia en el hombre no está perdida, sino tapada, cubierta. El Guerrero de la Luz ve a partir de un nuevo punto de vista, que no sea condicionado por aquello que espera ver.

         La mente del hombre común registra el color, la luz, la densidad y el sentimiento del mundo. El Guerrero de la Luz ve y se percibe a sí mismo. Mira con inocencia para el mundo, porque solamente así ve el contenido de la vida. Su mirada confiere vida a todo lo que ve.

         Detrás de cada molécula de existencia hay una consciencia e inteligencia, caso contrario, el universo sería un torbellino aleatorio de gases inertes y estrellas sin vida, un vacío que ansía la semilla de la vida, de la existencia.

         Sin inteligencia no hay vida, sólo actividad. En cada mirada de inocencia se coloca la semilla de la vida.

         La clave es: “Mira con inocencia y producirás vida”. Fue un acto de amor quien plantó la semilla de la vida en todo el Universo. El amor palpita en cada partícula de la creación.

                                               EL OBSERVADOR SILENCIOSO

         Aquel que observa todo y a todos es el testigo. Cuando te tornes el observador, estarás centrado en tu ser. El papel de observador no es interferir en el mundo en transformación, sino ver y comprender.

         Todo en el mundo es un eterno cambio, un constante ir y venir. El testigo no descansa, permanece despierto, aunque esté soñando con un sueño sin sueños.

         El Guerrero de la Luz es un testigo, un observador silencioso que no necesita contemplar a través de los ojos físicos, sino que ve más allá de esa visión.

         En el mundo relativo, la energía y la información son fundamentales para todo lo que podemos ver, oír o tocar. Pero es necesario otra fuerza para organizar el orden de la vida, que es la “inteligencia”, el elemento que aglutina el Universo.

         El Guerrero de la Luz ve todo y todas las cosas con su visión interior, él es esa inteligencia aglutinante.

         El hombre común está acostumbrado a saber las cosas, pero no lo está al conocimiento que proviene de la inteligencia interior. El miedo nace con el hombre moral y así no consigue disfrutar de los placeres, pues está con la certeza siempre presente de que no vivirá para siempre.

         Pero el Guerrero tiene un conocimiento que sigue presente hasta en sus sueños. Esa consciencia siempre actual vive en cada átomo, es el ojo detrás de la visión física, el oído tras del oído físico y la mente tras la mente materialista.

         Entonces, el Guerrero no necesita estar despierto para ver, porque eso significa para él, estar despierto en la inteligencia del Universo. Y cuando el testigo, el observador, está presente, todo es comprendido. El conocimiento del guerrero es saber que no se apoya en actos externos.

         El escenario del mundo viene y va, todo es perecedero, pero el testigo permanece el mismo.

         Por eso, encontrar al Maestro Interno o al Guerrero de la Luz, es tan importante y fundamental para nuestra evolución.

         En cuanto nos encontramos el Guerrero Interno, dependemos de nuestros sentidos y nuestra mente para saber quien somos.

         El conocimiento del Guerrero es innato. Mientras la mente del Guerrero une, la mente racional del hombre común separa.

         La mente del Guerrero ve todo como parte de sí mismo. La mente racional mira fuera y ve una enorme cantidad de objetos. En estado ordinario de despierto, todos nosotros vemos objetos, pero el testigo ve la luz, todos los objetos en un contexto de luz en transformación.

         Para los guerreros, nuestro mundo habitual es apenas una imagen. La Luz podrá asumir la imagen. Nuestro mundo es proyectado a partir de la percepción. Toda percepción es luz y toda luz es percepción.

         Los límites que el hombre mortal construye para separar el cielo de la tierra, lo real de lo irreal, son meras conveniencias. Si somos mortales al crear límites, podemos también deshacerlos con facilidad.

         Diferentes realidades pueden coexistir, pero cada una respeta su propio nivel de existencia. Cada estado de existir, desde el más sutil al más material y más denso y sólido, depende del observador.

         Cada cosa es hecha de un material específico, cada material específico está hecho de moléculas, y las moléculas están compuestas de átomos, y estos son líneas de energías a nivel cuántico que a su vez se componen de un 99,9999 % de espacio vacío.

         La experiencia de transformar cosas aparentemente sólidas en nada, también puede ser invertida. Comenzando con el espacio vacío, se pueden crear líneas de energías, átomos, moléculas y así en adelante, ascendiendo en la cadena de la creación, hasta llegar a cualquier objeto que se quiera, inclusive nuestro propio cuerpo.

         El observador del mundo es consciencia propiamente dicha, dando luz a nuestros sentidos, para que ellos puedan dar luz a todo lo que nos rodea.

 

 

                                               ¿QUIÉN SOY YO?

         El Guerrero de la luz se ve a sí mismo como ciudadano del Universo y prefiere no tener nombre ni dirección. Pues lo que nos limita en la vida mortal son los nombres, los rótulos, las definiciones y los condicionamientos. El nombre es útil, porque define el lugar de nacimiento, la hora y los padres. Y algunos años después, el nombre pasa a definir alguien que frecuenta una escuela, después la profesión, estado civil, religioso, hijos, etc.

         Todos esos hechos son mentirosos, encierran condiciones a pesar de no estar errados.

         Las limitaciones parecen pertenecerte cuando, en verdad, corresponden a tu cuerpo y somos más, mucho más que un cuerpo. El espíritu hoy nacido con el nombre de fulano de tal, hijo de tal, raza, color, etc., tiene estas características en la encarnación. El espíritu es eterno.

         El Guerrero no se perturba por tener un cuerpo sólido, él no se identifica con el cuerpo, ni está restringido por límites.

         El hombre mortal se identifica con el cuerpo, pues sin él la persona no podría saber dónde está su hogar, ni donde encontrar abrigo.

         El cuerpo del Guerrero es como una posada que sirve de hogar a los pensamientos que entran y salen.

         ¿Quién soy yo?

         Soy el espíritu libre, con la apariencia de un cuerpo físico. Soy sólo yo, en un simple estado de percepción consciente.

         El hombre mortal en la realidad pasa todo el tiempo identificándose, asumiendo diversos papeles y limitándose a ellos.

         ¿Cuál es la experiencia de liberarse totalmente de los aspectos que asumimos?

         “Tú no eres lo que estás pensando”.

         Los pensamientos que entran en tu cabeza no son tuyos, pertenecen a tu nombre, a los papeles en los cuales estás implicado.

         Puedes huir de los roles que interpretas en tu vida, sea en el sector familiar, profesional, social y otros más.

         La clave para liberarse es “observarse”. En cualquier papel que estés desempeñando, vuelve la atención para quien lo hace, quien escucha, quien habla, etc.

         En cualquiera de esos casos, sentirás la consciencia que está despierta, alerta y silenciosa, pero intensamente viva.

         ¿Qué has hecho en verdad?

         Has interrumpido el ciclo de acción para constatar al observador. Ese testigo es el acto intemporal de cada experiencia en el tiempo y ese personaje eres tú.

         Existen personas que se desesperan al perder un ser querido, al adquirir una enfermedad, al perder un empleo, etc., porque se identifican con el ego, nombres y cargos sociales. Olvidan que lo temporal es siempre mutable y cambiante.

         En realidad, la vida no puede ser definida, tiene que ser experimentada. El ser es vida y experiencia. El estado sereno de la mente no puede ser tocado por el pensamiento, por las palabras o por la acción. Esa serenidad interna abriga el tesoro de la vida.

         Los guerreros creen ser criaturas de la vida. El hombre mortal que está acostumbrado a quedar preso en las redes del tiempo, degenera y muere.

         ¿Cuál es la falsa lógica que hay tras la mortalidad?

         Es nuestra identificación con el cuerpo, que nace, envejece y muere.

         Ese proceso es una lógica falsa de identificación con lo temporal.

         La clave está en identificarnos con lo intemporal, con la eternidad.

         Para el Guerrero el tiempo es solamente la eternidad cuantificada.

         El tiempo corre de una manera lineal, pero Einstein probó que el tiempo es relativo, que tiene la capacidad de acelerar o enlentecer. Esa es la teoría de la relatividad, que sentimos el tiempo como algo fluido y relativo. Toda la alegría y felicidad parecen pasar rápido, pero toda experiencia dolorosa hace que sintamos que el tiempo pasa con lentitud.

         La relatividad nos permite modificar nuestra creencia en el tiempo lineal.

         El hombre moral se identifica con el cuerpo que necesita de una forma. Pero somos energía y ella no tiene forma, ni principio ni fin. Mientras al hombre mortal le parezca tener un principio, tendrá un fin. La parte sin forma está dentro de la forma y la consciencia sobrevive a la muerte de las moléculas.

         Einstein nos ayudó a superar las barreras mentales, y ahora somos nosotros los que tenemos que vencer las barreras emocionales e instintivas.

         El miedo a la muerte es una barrera fuerte, que está profundamente enraizada dentro de nosotros. Vivimos nuestros miedos, deseos, sueños y nuestra creencia de que debemos morir.

         Un ejercicio eficaz es decir o escribir: “Tengo miedo de . . . “ y decir aquí lo que venga a la mente. Seguidamente decir nuevamente una y otra vez durante algún tiempo, respirando lenta y rítmicamente sin hacer pausas intermedias. Cinco minutos con este ejercicio y con la respiración circular en la cual respirar y exhalar están unidas, esto es, sin intervalos, nos fortalece enormemente.

         Haz el ejercicio libremente, dejando que tus pensamientos se expandan sin intentar controlarlos. Quedarás sorprendido con las emociones inesperadas que van a surgir. Fluirán todos los temores soterrados en el inconsciente. Al final del ejercicio, puedes descansar.

         La inmortalidad está en el fondo de la vida humana, pero está envuelta bajo numerosas capas de convicciones contrarias. Vamos a sumergirnos a fondo dentro de las dudas racionales y observar detrás de ellas la duda que existe para el pensador, porque al final,  está la consciencia mucho antes que cualquier pensamiento aparezca. La inmortalidad es una realidad viva.

 

 

                                               CONSCIENCIA UNIVERSAL

         Vivimos como ondulaciones de energía en el vasto océano del cosmos. La separación no es más que una ilusión. Parecemos separados unos de los otros, porque el ego adopta la perspectiva de que estamos todos separados, aislados unos de otros. Pero en realidad estamos circundados por un campo infinito de luz, que es la consciencia.

         Cada pensamiento emitido nace en un gran océano de luz y a él retorna, junto con cada célula del cuerpo.

         Trascendemos el ego y nadamos en el océano universal de la consciencia. Ese campo de consciencia está en todas partes.

         El ego selecciona y rechaza experiencias y, como consecuencia de eso, crea la soledad y eso produce una laguna.

         Nuestros egos están separados, pues resolvemos tener experiencias diferentes y entonces creamos lagunas. El ego está siempre aislado con sus asuntos personales, sus recuerdos y experiencias desde su nacimiento.

         La consciencia del Guerrero es un campo que existe en todas partes.

         Siempre oí decir que somos una gota en el océano de la vida, pero en la medida que somos parte de la consciencia universal, todos somos el océano.

         Podemos ser nosotros mismos y al mismo tiempo el Todo, la gota y el océano.

         Todos nos agarramos a la memoria, porque ella nos define, pero debemos ver la realidad de la memoria.

         Vamos a hacer un ejercicio. Pensemos en una persona que conozcamos bien, el padre o la madre, un hermano, o el marido o la mujer. Piensa detalladamente en esa persona y pregúntate que sabes con respecto a ella. Piensa profundamente en sus características más personales.

         Al terminar, supones que has formado un perfecto concepto o un retrato, pero sólo has descrito tu punto de vista individual con relación a esa persona. Ella puede ser descrita de una manera completamente diferente a partir de otra perspectiva. Todo lo que has descrito en relación con esa persona es relativo.

         Has descrito en verdad tus perspectivas, no a la persona. Hasta tus experiencias habidas con esa persona son exclusivamente tuyas.

         Todos nosotros vivimos dentro de nuestro mundo particular, no entramos en contacto con lo real.

         Pero el Guerrero mira más allá de la memoria para descubrir la verdadera realidad.

         Todos nosotros necesitamos tener consciencia de nuestros cuerpos. Los cuerpos vivos, físicos y sutiles, son líneas de energías que pueden ser percibidas.

         Podemos y debemos purificarnos de las toxinas emocionales de los pensamientos y relacionamientos tóxicos.

         Podemos percibir el cuerpo emocional coleccionando sentimientos aislados, que son como células individuales.

         Reúne tus sentimientos y tendrás tu cuerpo emocional. Él es todas las cosas que te gustan y las que aborreces, así como tus miedos, temores, esperanzas, deseos, etc.

         El cuerpo emocional nos confiere una enorme parte de nuestra identidad.

         El cuerpo mental es el cuerpo del conocimiento que crece desde el momento que nacemos. El conocimiento es más sutil que las emociones, pues está formado por conceptos abstractos. Es la suma de todas las razones que tenemos para vivir, de las convicciones profundas con respecto a la existencia y la naturaleza de la vida, que son almacenadas en el cuerpo causal, el cuerpo del alma que permite comprender la existencia.

         En el cuerpo del alma residen las semillas más profundas de la memoria y el deseo. El brillo que una persona expande brota del cuerpo mental y, principalmente, del cuerpo del alma, el causal.

         El sentimiento de ser el YO SUPERIOR da un brillo especial que se traslada a los cuerpos más densos.

         El YO SUPERIOR con el cual nos identificamos es creado inicialmente por nuestras creencias y razones para vivir del cuerpo causal, del alma, que da origen a las ideas del cuerpo mental y emocional.

         El cuerpo físico recibe por último el impulso de la vida.

         Cuando dormimos, nuestro físico descansa y se renueva.

         En los sueños, el cuerpo emocional concretiza sus temores, esperanzas y fantasías.

         El cuerpo causal retorna al mundo de la luz y nosotros lo percibimos al recibir una solución repentina de un problema que tenemos, cuando despertamos.

         Cuando dormimos tenemos la oportunidad de reajustar la coordenación existente entre los cuerpos que forman parte de nuestro sistema.

         El acto más creativo que tenemos y podemos ejecutar es el de crearnos a nosotros mismos.

         Y esto ocurre en diversos niveles, visibles e invisibles. El cuerpo humano está construido sobre abstracciones invisibles de informaciones y energías contenidas en el código genético, ADN.

         El cuerpo físico surgió del impulso impetuoso de la vida contenida en el ADN. Sin ese impulso, las informaciones y las energías están muertas.

         Nuestros pensamientos y emociones penetran en el mundo original de los impulsos invisibles de la inteligencia que forman nuestro cuerpo más sutil, el cuerpo causal, el alma.

         El motivo de dormirnos durante la noche es organizar esos cuerpos, después de cada día cuando realizamos esfuerzos en estado de vigilia y activos. Pero es en el silencio profundo, en el momento pasajero de tranquilidad en el cual conseguimos notar que no tenemos pensamientos, deseos o sentimientos, cuando llegamos a vivenciar el Ser puro.

         En este momento, la consciencia se separa de los cuerpos físicos, emocional, mental y causal, y nos coloca en la tranquilidad, viviendo en la fuente de todo lo que existe, existió y existirá, que es simplemente nosotros mismos.

                           

 

 

 

          EL PODER DEL AMOR Y LA PUREZA

         El poder es un puñal de doble filo. El eterno conflicto de poder termina en la unidad.

         En cuanto el poder del ego busca controlar y dominar, el poder del Guerrero de la Luz es el poder del amor. Su sede se encuentra en el Yo Interno.

         El ego no sigue como una sombra oscura con su poder embriagante y seductor, pero destructivo. Nuestro ego solamente se disuelve en la fuerza transmutadora del amor. Y el poder del amor es el poder de la pureza.

         Mientras sentimos miedo, no podemos amar de verdad. Cuando sentimos rabia o tenemos actitudes egoístas, no podemos amar verdaderamente. Pero por más impuro que seamos, el amor trabaja en nosotros hasta que seamos capaces de amar. El verdadero poder en la vida es el poder interior. Ser capaz de ver el mundo a la luz del amor, que sólo puede venir del interior y vivir sin miedo, en una paz imperturbable.

         Para percibir amor, primero necesitamos darlo. Para aprender a amar a otra persona, necesitamos primero amarnos a nosotros mismos.

         No existe persona sin amor, sino personas que no consiguen sentir la fuerza del amor.

         El amor necesita ser descubierto, desnudo de las capas de rabia, miedo y egoísmo que lo encubren como una coraza.

         Para alcanzar en la vida el amor total, hemos de purificar la vida que tenemos.

         El primer paso para alcanzar el amor es definir lo que llamamos amor en este momento. El amor que el ser humano define está relacionado con una atracción que sentimos por la otra persona, como una fuerza cariñosa que nos hace sentir queridos o que nos da placer y alegría.

         El egoísmo viene del ego, que siempre quiere poseer, controlar y dominar.

         La fuerza universal del amor puede ser asumida por nuestra mente y después sigue la reeducación de las emociones y las creencias.

         La base del nuevo punto de vista de la mente es simplemente que existe una fuerza de amor presente en todos los lugares, y que podemos creer que nos va a traer paz y orden en nuestra vida.

         El orden es innato en la creación y así es permitido que las fuerzas titánicas existan y evolucionen, como parte de la tendencia de la naturaleza en dirección al crecimiento.

         Por mas hostiles que sean las condiciones, la vida es inextinguible, porque posee cualidades de orden, equilibrio, evolución  e inteligencia.

         Los impulsos personales de pensar, sentir y actuar, son como la cresta de una ola, que avanza constantemente en dirección al futuro.

         El impulso del amor que continuamente sustenta la vida es como el ímpetu del océano que renueva cada onda.

         El miedo y la duda que el ser humano lleva consigo, nos lleva a vivir la vida con esfuerzo.

         El Guerrero de la Luz camina por el mundo confiado y comprende que el miedo, la violencia y la destrucción, son reflejos de las creencias erróneas.

         A la luz de la confianza descubrirás que eres hijo del Universo, totalmente seguro y enteramente amado.

         En la medida que conoces el amor, tú serás amor.

         El amor es más que una emoción, es una fuerza de la naturaleza y, por tanto, tiene que contener la verdad.

         El amor más puro se sitúa en el desapego. Mientras tanto, el hombre común llama amor a la pasión, que es una imagen que carga dentro de sí para satisfacerla.

         Es así como comienza el apego, con la imagen que construimos interiormente.

         Mira más allá de tus emociones, que siempre se modificarán y pregunta lo que hay detrás de la imagen. Las imágenes son fantasías que existen para protegernos de algo que no queremos enfrentar. En este caso es el vacío.

         Por no amarnos a nosotros mismos, formamos una imagen para cubrir el vacío. Es por eso que ser rechazado o atraído en el amor causa tanto dolor, pues la herida abierta de tu necesidad queda expuesta.

         El amor encierra un secreto. Cuando puedes amar de la misma manera a todas las personas, estarás libre para amar más allá de la forma física. Entonces la esencia del amor, que es una fuerza universal, se revelará dentro de ti.

         Quedarás libre del apego que es la llamada silenciosa, la que el amor necesita obedecer.

         Para el hombre común, el amor es un sentimiento personal, pero para el Guerrero de la Luz, es una fuerza universal.

         El verdadero amor es el hecho de no sentir ningún sentimiento de apego o de posesión del otro.

         El Guerrero de la Luz está completamente vacío, por consiguiente, el universo puede ser llenado con su amor.

         Si quieres sentir el amor como Dios lo siente, necesitas llenar todos tus vacíos, porque Dios sólo puede amar desde un estado de plenitud.

         Descubrir tus vacíos es el primer paso y llenarlos con el Ser o tu Esencia, el segundo.

         Ese proceso se llama aprender a amarse a sí mismo. No confundas amar con una auto-imagen, que es el ego.

         Las memorias de vergüenza, culpa, rechazos, odios, resentimientos y otros sentimientos desagradables, no pueden ser transmutados en amor. Esas imágenes son lo que son, acéptalas y avanza en dirección a un sentido más elevado del Yo, que no está relacionado con la memoria.

         Existe dentro de ti un núcleo del Ser o Esencia, que puede ser penetrado. El acceso a ese centro no se da a través del pensamiento o del sentimiento. Haz una meditación y entra directamente en la región silenciosa interior.

         Experimenta hacer este ejercicio: piensa en una ocasión en que alguien te amaba profundamente y te decepcionó. Puede haber sido un acto que reveló que tu amado/a no era perfecto/a, y solamente se mostró humano/a.

         El odio, los celos, la frustración o la indiferencia que nacieron, estuvieron siempre presentes en tu íntimo, como una fuerza incipiente, oculta por la visión de amor que sentiste por la persona amada. En verdad, el tipo de amor que tienes para tu pareja no es real y sí, algo que cubre tu necesidad de poseer.

         Cuando piensas que posees a otra persona, estás en verdad descubriendo una manera de huir de ti mismo, de evitar los miedos y las debilidades que niegas.

         En vez de enfrentarte, miras en el espejo del amor y contemplas la perfecta realización de las emociones que sientes por el ser amado.

         Te darás cuenta de que todas las emociones vienen a ser un amor disfrazado. Cuando dejes de ver al amor como un estado emocional, conocerás el verdadero amor como fuerza universal que atrae a todo el mundo en su dirección.

 

 

                                      EL CONOCIMIENTO Y LA INTENCIÓN

         El Guerrero de la Luz vive en un estado de conocimiento, el cual dirige su propia realización.

         El campo de consciencia se organiza alrededor de nuestras intenciones. El conocimiento y la intención son fuerzas potentes.

         El Guerrero no intenta solucionar el misterio de la vida, sino que está aquí para vivirla.

         Toda palabra, por ejemplo, encierra el conocimiento y la intención, ambas son cualidades mágicas.

         Las palabras más ricas en el lenguaje abren pasajes ocultos de significado y conocimiento.

         Pero la segunda cualidad de las palabras, la intención, es aun más poderosa.

         Cuando la intención de una palabra es absorbida, un encantamiento es lanzado bajo la forma de una impresión mental.

         Haz una experiencia y di la palabra “escuela” a cualquier persona e, inmediatamente, la experiencia de haber ido a la escuela es despertada.

         Las personas podrán tener asociaciones de elogios y éxitos o de fracasos y críticas. Toda nuestra vida está acondicionada dentro de nosotros como impresiones desencadenadas por las palabras.

         Los hábitos hacen que la vida prosiga inconscientemente. Las palabras necesitan ser usadas para disciplinarnos. El problema es que las palabras traen consigo un significado psicológico. Es por medio de palabras que los padres hacen que sus hijos se sientan bien o mal y a encontrar qué es verdad o mentira. Las más poderosas expresiones que podemos usar, son el “sí” o el “no”.

         Los efectos de estas dos sílabas es crear límites o eliminarlos.

         Todo lo que tú hallas que puedes hacer tiene un “sí” y todo aquello que crees no puedes hacer, tiene un “no”.

         Aunque las palabras nos digan quienes somos, aun así nuestro valor es mayor de lo que ellas puedan expresar. Por más poderoso que sea el encantamiento lanzado por las palabras, las personas pueden cambiar. El poder de las palabras puede crear alguna cosa nueva, no solamente un límite.

         Las palabras abarcan tanto el conocimiento como la intención y, por consiguiente, expresar una intención a través de las palabras es el primer paso para transformarlas en realidad. Siempre que una palabra es respaldada por la intención, ella penetra en el campo de la consciencia como un mensaje o una petición. Todos los mensajes son escuchados y procesados. Nosotros enviamos deseos al campo de la consciencia y esperamos una respuesta.

         El ser humano común envía mensajes viciados y confusos, mientras que el Guerrero de la Luz los hace claros y objetivos.

         La intención conduce a un resultado y el Guerrero es alguien que sabe como introducir sus intenciones en el campo y esperar que se hagan realidad.

         El hombre común envía intenciones, pero lo hace inconscientemente, suponiendo que necesita esforzarse para hacer realidad sus sueños.

         El Guerrero piensa de una manera organizada, consciente y eficaz, eliminando los hábitos de pensamientos que obstruyen la capacidad del universo para realizar sus deseos.

         Si te sientas en silencio y observas tu mente, verás que ella está llena de dudas e inseguridades.

         La mente está diariamente repleta de repeticiones inútiles concernientes al pasado, por el hábito de preocupaciones y obsesiones. La mente queda llena de una estática inconsciente que está unida a la memoria de la infancia.

         Puedes estar prestando atención solo a tus pensamientos conscientes y voluntarios, pero en el mismo instante tu mente inconsciente se agita por antiguos temores y deseos.

         Las intenciones son simplemente deseos, los cuales están unidos a aquello que necesitamos. Toda esa actividad mental que no está siendo consumada, está formada por antiguas necesidades que no han sido satisfechas.

         Evalúa en tu pasado cuantas veces has pensado “yo deseo”, pero nada parecía ocurrir o pasaban cosas diferentes y que no eran deseables para ti.

         Lo bueno sería poder hacer una buena limpieza en nuestro cerebro, pero no podemos, porque todo lo que está dentro de él somos nosotros mismos.

         Nosotros nos transformamos en esos conflictos viejos y repetitivos y ellos no desaparecerán mientras no cambiemos de actitud.

         El primer paso en dirección al cambio es el reconocimiento. Cuando tienes una intención y la envías a la consciencia universal, estás en verdad hablando contigo mismo de otra manera.

         Al mismo tiempo que tú eres aquel que manda el mensaje, también eres quien vive en el tiempo y el espacio. Pero también eres aquel que recibe la petición, en tu aspecto de Yo Superior, que preside tu identidad espacio-tiempo. Eres el vehículo transmisor del mensaje, la consciencia propiamente dicha.

         Para que podamos conocernos realmente, necesitamos vernos a nosotros mismos como poseyendo tres aspectos: el de quien envía, el de quien lo recibe y como vehículo transmisor. Tú eres el deseo, aquel que desea y aquel que concibe los deseos. Este estado triple es conocido como “unidad”.

         Entonces, enviar una intención al campo de la consciencia y recibir una respuesta no es algo que necesita de esfuerzo para alcanzarla. En tu naturaleza unificada, todo lo que haces es satisfacer las intenciones y esa es tu ocupación del tiempo integral.

         No tenemos un único pensamiento que deje de producir algún resultado. El problema es que no conseguimos percibir las conclusiones que son excesivamente sutiles, que no encajan inmediatamente en nuestras metas, ni coinciden con la opinión de nuestro ego al respecto de lo que debería acontecer.

         El hombre común vive en el mundo del “debería” y “y si . . .” mientras que el Guerrero vive en el mundo de “aquello que es”.

         Cuando aprendemos a calmar la mente y purificarla de todos sus antiguos conflictos, la realidad simple de cómo el universo funciona y “lo que es”, se revelará.

         Una gran idea es dedicar algún tiempo, todos los días, a observar el contenido de nuestra mente. Este acto de observarse, aunque simple, es una de las medidas más poderosas que podemos tomar para efectuar cambios.

         No podemos cambiar lo que no vemos.

         El segundo paso es aprender cómo realizar nuestras intenciones.

         Hemos de hacer que el ego retroceda a un segundo plano. Liberar nuestras intenciones en el campo de lo intemporal, pues cuanto más expandida esté la consciencia, más clara será la señal que vamos a enviar.

         Permanece tranquilo y natural en relación a todo el proceso, pues Dios no juzga, es sólo la mente quien lo hace.

                                                        EL YO - SOMBRA

         Todos poseemos un yo-sombra que es parte de nuestra realidad total. Cuando puedes vivir con todas tus cualidades opuestas, estarás viviendo tu Yo total como Guerrero de la Luz.

         En cuanto tú no encuentres camino para la libertad, serás mantenido como rehén por el conflicto existente entre tus personalidades internas.

         El ser humano tiene muchas personalidades luchando dentro de sí, nunca están solas.

         A pesar de la sensación que tienes de ser una única persona, eres en verdad un compuesto de muchas y con múltiples personalidades.

         Estás dividido en decenas de fracciones, cada una luchando para ocupar tu cuerpo.

         La soledad existe porque las otras personas existen también; cuando está el “yo” y el “tú”, hay un sentimiento de separación y donde existe hay necesariamente aislamiento.

         ¿Qué es la soledad sino otro nombre para el aislamiento?

         Siempre habrá personas en el mundo, eso es innegable, pero ellas serán siempre “otras” personas.

         El Guerrero de la luz no ve al “otro” sino como a sí mismo.

         Cuando nacemos somos niños sin conflictos, porque no hay deseos.

         Las voces del bien y del mal son inexistentes hasta que el niño tiene edad suficiente para asimilar esos conceptos de sus padres.

         No podemos transformarnos en Guerreros mientras no pensemos nuevamente como niños. Cuando las sensaciones le son presentadas, la criatura es capaz de sentir si ellas le traen placer o dolor, reaccionando de conformidad con lo que experimenta.

         El niño no se siente inhibido por desear el placer y querer evitar el dolor. Estar aquí en el mundo en un estado de contento es una verdadera realización.

         El instinto inocente del niño recién nacido con respecto a lo que parece malo o bueno, se pierde rápidamente.

         Comienzan a surgir voces dentro de él, diciendo “sí” o “no”, esto es “bueno” o esto es “malo”.

         Cuando los sí, no, bueno o malo, están en concordancia con lo que el niño quiere, no hay daño. Pero inevitablemente acaba surgiendo un conflicto entre las necesidades de la criatura y lo que sus padres esperan de ella.

         El mundo interior y exterior comienzan a colisionar. En breve son sembradas las semillas de la culpa y la vergüenza y el miedo comienzan a surgir. El niño aprende a dudar de sus instintos. Nos pasamos la vida esforzándonos para volver al estado de auto-aceptación en el cual naturalmente nacemos.

         Todos los conflictos internos que tanta dificultad tienen en conciliarse, nos llevan al yo-sombra.

         La mente inconsciente es la prisión donde energías indeseables están presas, no por imposición, sino por haber sido marcadas por años de sí, no, bueno o malo.

                El yo-sombra es solo otro papel o identidad que traemos con nosotros, pero no lo hacemos público. Cada uno de nosotros inventó la propia sombra, una persona cuya tarea es llevar todas las energías que no conseguimos evitar deshacernos de ellas. Nos hacemos

adultos agarrados a una rabia, resentimientos, frustraciones y miedos, olvidándonos del instinto de descargar estas baterías nuestras.

         Podemos aliviar el yo-sombra de la carga de energías del pasado y crear la paz interior.

         Es el miedo de ser heridos que hace que las voces interiores no tengan confianza unas con otras. Las personalidades son siempre formadas por antiguas energías apegadas a la memoria.

         La energía del resentimiento o de la injusticia se apegará a ese recuerdo y comenzarás a crear un fragmento de personalidad, siendo un resentido que vivirá de acuerdo con tu visión estrecha de las cosas hasta que esa energía sea liberada.

         El niño interior resentido es sólo una memoria que quiere descargar la energía retenida y en cuanto esa descarga no suceda, la energía seguirá aprisionada en nuestro interior.

         Puedes entrar en contacto con esas energías retenidas, sentándote en soledad por algún tiempo en un aposento tranquilo.

         Inspira y espira relajadamente. Ahora observa el flujo y el ritmo suave de la respiración, sin alterar su ritmo.

         No sigas adelante mientras la respiración no llegue a ser agradable y estable.

         Cuando esto ocurra, intenta recordar un accidente muy desagradable de tu pasado, que tenga consigo fuertes emociones negativas, como vergüenza, humillaciones y culpas. Trae a la memoria una imagen viva de ese incidente y experimenta los sentimientos que la acompañan.

         Observa ahora tu respiración, verás que ha dejado de ser relajada. Podrás respirar más aprisa o darte cuenta de haberla retenido, conforme sea el tipo de emociones que estés recordando.

         Esas modificaciones reflejan el hecho de que la respiración es un espejo fiel del proceso de pensamientos y particularmente de cualquier emoción que pueda ser recordada.

         Estás viviendo los tres componentes: la memoria, la energía y el apego. Cuando los tres se reúnen, obtienes los principios de una sub-personalidad.

         Todas las sub-personalidades desean la misma cosa: expresarse a través de ti.

         Es el conflicto resultante lo que hace la vida tan ambigua, tan llena de luces y sombras al mismo tiempo.

         El Guerrero de la Luz vive solamente en la luz. Habiendo abandonado todos los apegos de la memoria que alimentan nuestra guerra interior, él trasciende la personalidad y vive en la consciencia pura.

         Una de las más poderosas maneras de liberar antiguas energías es simplemente reconocer que ellas están presentes.

         En vez de negar que sentimos vergüenza o culpa, miremos para nosotros mismos y digamos simplemente: “Es así como yo me siento”.

         El reconocimiento de aquello que eres realmente, constituye una forma de aceptación para después ser modificado.

         Una de las técnicas más eficaces para superar la negación, es usar la respiración.

         Acostado en un aposento tranquilo y relajado, inspira de la manera que quieras, profunda o superficialmente, rápida o lentamente y suelta la respiración suavemente.

         No hagas esfuerzos, deja salir el aire. Suelta el aire sin forzar la respiración. Sigue inspirando y espirando y mientras lo haces, deja que las emociones o imágenes vengan al pensamiento para poder ser liberadas.

         Ese proceso puede ser favorecido si centras la atención en tu corazón. Aspira energía y espira las tensiones y emociones negativas.

         Es importante no identificarse con las emociones, sino simplemente liberarlas.

         Las energías retenidas comenzarán a circular hacia el exterior. Los síntomas de esta descarga pueden incluir llantos, sentimientos indistintos o grandes manifestaciones de emociones. No te identifiques con ninguna emoción, tú no eres una emoción, sino quien siente y puede cambiarlo todo.

         Si los sentimientos se vuelven excesivamente fuertes, interrumpe el ejercicio y descansa con los ojos cerrados durante cinco minutos.

         Eleva tus pensamientos y dirígelos a un punto central de tu Ser, en el corazón, y siente paz y armonía.

         Esa liberación produce somnolencia, es indicio de que una fatiga profundamente retenida está siendo liberada del cuerpo.

         Si por el contrario no sientes ninguna liberación de energía es porque tu mente está estorbando el proceso.

         Ese ejercicio puede ser repetido para eliminar antiguas energías almacenadas y aprendes a descargar cualquier emoción y sentimiento nuevo que quiera salir.

         Como cualquier otra parte de tu ser, tu sombra desea expresarse, liberarse, por lo que debes aprovechar esta manera natural a través de la respiración, para liberar las energías negativas.

         Caso de que no consigas hacerlo solo, inténtalo con un profesional, un terapeuta competente, para que pueda ayudarte.

 

 

 

 

LA TRANSFORMACIÓN, EL TRANSFORMADOR Y LO TRANSFORMADO

         La alquimia es la transformación y el Guerrero de la Luz es un Maestro de la alquimia.

         Cuando te transformas, el mundo en que vives también lo será en igual medida.

         Los secretos de la alquimia existen para transformar a los hombres, llevándolos desde un estado de sufrimiento e ignorancia hacia un estado de iluminación y bienaventuranza.

         La alquimia sucede todo el tiempo, pero el trabajo del Guerrero de la Luz como alquimista es transformarse a sí mismo.

         La alquimia es una búsqueda de la perfección. Así como el oro es el más perfecto de los metales, la perfección en el ser humano significa la libertad con relación al dolor, al sufrimiento, la duda y el miedo.

         Las búsquedas son jornadas individuales y cada paso es dado en soledad.

         El secreto no reposa en tu apariencia, ni en tu personalidad ni en esa masa de carne y huesos que es tu cuerpo.

         Por tener como cierto que las cosas sólidas son reales, atribuimos realidad a la materia sólida de la que estamos hechos,

         Tan pronto aceptas que no eres nada menos que el flujo de la vida, la búsqueda de la perfección se convierte en ir más allá de lo ilimitado.

         Las cosas perfectas dentro de nosotros son la esencia, el ser y el amor. Estos no pueden ser limitados por el tiempo ni el espacio.

         La esencia, el ser y el amor que componen al ser humano, poseen vida propia, que comienza y termina con la misma percepción invisible.

         Algunos hombres caminan por el mundo como luces brillantes, otros con sonrisa melancólica, como sombras. Pero por más luminosa que pueda ser la luz, ella no es tan real como el silencio puro que existe dentro de ti.

         Nosotros parecemos nubes de energías ambulantes. Somos capas de sustancias en un nivel muy sutil.

         Mientras no nos desnudemos de las capas que envuelven el alma, no percibiremos el núcleo límpido e intemporal que yace dentro de nuestro ser.

         En la alquimia, los cuatro elementos, tierra, agua, fuego y aire, se combinan para llegar a un producto final llamado vida.

         Y nosotros somos compuestos por estos elementos. Por tanto, somos la transformación, el transformador y lo transformado.

         Tú eres tu propio alquimista, que constantemente transmuta moléculas opacas e inertes en la personificación viva de ti mismo.

         Todas las transformaciones que ocurren pasan, en gran parte, desapercibidas.

         El alquimista es invisible, trabaja en lo intemporal, más allá de la memoria.

         Ahora puedes hacer este ejercicio. Sentado cómodamente, imagina ver tu vida como un pergamino que se va desenrollando a medida que examinas los hechos que acontecieron en el pasado.

         Comienza contemplando una escena familiar; el tiempo de tu estancia en la escuela, en Colegios Mayores, cuando encontraste un empleo, el día de tu boda, etc.

         Visualiza lo más claramente posible las escenas de cuando eras niño e ibas al colegio. No importa que las imágenes no sean vívidas, basta que tengas un sentimiento de cómo eras tu mismo en aquellas edades.

         Retrocede ahora al día de tu nacimiento; eso será pura imaginación y después te ves a ti mismo como un feto y a continuación como una colección de células transparentes formando una bola. Observa la esfera hasta que ella se transforme en dos células y después en una.

         Finalmente, sigue adelante y te imaginas antes de todo eso, sin ser ni una célula a la que te puedas apegar.

         Al trasponer estos límites, repara que tu identidad no desaparece. Aun no teniendo un cuerpo o una imagen para observar, sigues siendo el ser que realmente eres, una consciencia observadora, que permanece la misma, aunque el escenario de tu vida se modifique constantemente.

         Esa es tu identidad como consciencia, un alquimista sabio y activo que permanece independiente, detrás del incesante espectáculo de la transformación.

         Intenta ahora imaginar la desaparición de la consciencia. Visualiza una época antes de que existieras. Eso puede hacerse, porque el alquimista no está limitado a la esfera del tiempo, donde todo lo sucedido tiene un principio y un fin.

         Puedes abrir el pergamino en dirección al futuro e intenta imaginarte muerto y completamente inexistente. Eso no puede hacerse con la mente concreta, pues cuando alcanzas el final de la memoria, del sentimiento, de la emoción, de la imaginación y de las ideas, lo que todavía permanece en ti es una forma pura, como un impulso vital, que fluye eternamente, a través del milagro de la creación. 

         Ese flujo tiene lugar como una incesante transformación, la alquimia de la existencia extendiéndose por todos los mundos y trascendiéndolos.

                                               EL CAOS Y EL ORDEN     

         En efecto, el caos y el orden existen en tan estrecha comunión que no pueden realmente ser separados.

         El Guerrero de la Luz sabe que la vida siempre se organizó a partir del interior. La misma leve atracción de la gravedad que creó las estrellas a partir del caos, existe en cada nivel de la naturaleza.

         La reacción del ego ante el caos es combatirlo e imponer un control mayor. El problema es que toda esa lucha, preocupación, planeamiento y control, va contra el sentido de la vida.

         La muerte es una ilusión, pero la lucha que las personas emprenden ante la muerte es extremadamente real.

         Ningún mortal sabe lo que es la muerte, pero el caso es de tal modo impresionante que lucha contra ella con todas sus fuerzas, sin percibir el tremendo desorden y el caos que provoca con esa actitud.

         La vida está implicada junto con el caos y el orden y no es posible tener uno sin el otro. Si quieres seguir el flujo de la vida, no puedes luchar contra ella al mismo tiempo. Quien busca la perfección acepta que la incertidumbre exista en su vida, sentirse desequilibrado. A pesar de que su ego detesta lo imprevisible, la verdad es que tú varias veces extraes beneficio de ello. Tu vida está organizada dentro de sí misma.

         La vida emana vida, el niño se hace adulto, como el capullo se transforma en flor. Confía en cada estación, celébrala, y deja que la siguiente venga a ti sin esfuerzo.

         Hagamos el siguiente ejercicio, para constatar qué maravilloso es vivir una vida imprevisible.

         Siéntate cómodamente e imagina que puedes ver tu vida en la mente como una película.

         Comienza a pasarla con los hechos de hoy y deja que se vayan desarrollando de la manera que quieras sea el mañana, el futuro y luego te ves envejeciendo.

         Mira el futuro que te gustaría vivir si pudieses tener todo lo que quisieras. Deja tu fantasía vagar donde ella quiera, y termina la película con tu muerte indolora y tranquila. Ahora, vuelve atrás y ve otra película diferente. Comienza con lo que te ha ocurrido hoy, pero distintamente. Usa la imaginación de modo que puedas inventar una vida turbulenta y catastrófica, una vida dramática.

         Lleva la película hasta la escena de tu muerte. Después vuelve a comenzar todo desde el principio.

         La finalidad del ejercicio es mostrar que todo lo que visualizas es verdad, tu futuro no está compuesto de un único escenario, sino de todos los escenarios posibles.

         Ellos se expanden a partir del momento presente como hilos de un potencial invisible.

         La vida de todo el mundo es así, solamente nuestro falso sentido de control nos hace creer que podemos imponer orden a lo que en verdad es totalmente imprevisto.

         El ego necesita examinar sus recelos y parar de intentar controlar las cosas.

         Si consigues aceptar el flujo de la vida y rendirte a él, estarás aceptando lo que es real.

         Cuando aceptas la realidad, puedes vivir en paz y felicidad.

                                      EL MUNDO VISIBLE ES UNA ILUSIÓN

         Todo lo que la mente puede concebir necesita ser restringido. Si es verdad que lo desconocido es un pasaje para la libertad, también es verdad que el ego se siente más a gusto cuando hay límites.

         Nuestra mente genera las mismas imágenes día a día. Esas imágenes son un espejo de lo que eres, pero el ego las considera reales.

         Para el ego, un árbol es un árbol, una montaña es una montaña, y solamente son reales en un determinado estado de consciencia llamado “el estado de despierto”.

         En un sueño podrás sentirte en un campo y observar las nubes pasando sobre la cumbre de una montaña. Al despertar, comprenderás que las montañas, las nubes y el campo eran descargas aleatorias de células cerebrales, dando origen a imágenes pasajeras.

         No existe ninguna prueba de que estar despierto es diferente. Montañas, campos y nubes “reales” no poseen realidad comprobable fuera de las imágenes que ocasionan en el cerebro.

         El mundo visible es una ilusión, a pesar de poder tocar y sentir las cosas que te rodean.

         Las imágenes no son sólo visibles. También puedes tocar las cosas en un sueño y sentir toda una amplitud de sensaciones.

         Por hábito llamamos al estado de despierto “realidad” y el de soñar de “ilusión”.

         El Guerrero de la Luz realiza “despierto” todo lo que hace en los sueños. Los límites comenzarían a disolverse; si las personas asimilasen ese conocimiento, aprenderían a hacer despiertas todo lo que sueñan.

         Los límites se disolverían y la realidad las liberaría de su prisión sombría.

         Todos nosotros experimentamos lo nuevo y desconocido, pero es lo último que contiene pistas que conduce a otras realidades.

         La realidad puede asumirse, cuando ella nos convence para que salgamos de las prisiones que nosotros mismos hemos construido, formas como encuentros casuales, coincidencias inesperadas, presentimientos que se transforman en realidades, la consecución de deseos, etc.

         Estamos obligados a escuchar ese susurro que nos habla en lo íntimo, pues la elección es personal.

         Una decisión necesita ser tomada en lo más oculto de nuestro corazón, entre lo conocido y familiar y lo desconocido, que es nuevo y de infinitas posibilidades.

         Puedes obtener una experiencia de lo desconocido colocándote una venda en los ojos e intentando caminar, bien sea de noche o en un aposento familiar en la oscuridad.

         Anda a través de tu casa, aproximándote lo más posible a los objetos, procurando no tropezar con ellos.

         Notarás que es extremadamente difícil andar por un aposento a oscuras, por mucho que lo conozcas, sin que llegues a sentir cierta aprensión.

         Percibes que lo conocido no es capaz de protegerte del miedo.  Por mucho que conozcas el lugar, hay miedo y lo mismo ocurre en el mundo a la luz del día, sólo que aquí el miedo está más oculto, enterrado profundamente

         Por más que tu inteligencia encuentre que está en el mundo donde todas las cosas son conocidas, el potencial para un desastre está lejos de tu subconsciente.

         Mientras tengas la seguridad de las cosas conocidas, estarás viviendo dentro de tus propios límites.

         Es difícil para el ego aceptar la apertura de un camino hacia la inseguridad, pero es la única avenida que conduce al mundo del Guerrero.

         Si proyectas las mismas imágenes todos los días, tu realidad será siempre igual, sin cambios. Si descubres que las cosas son monótonas o previsibles es porque has perdido la capacidad de interesarte.

         Si puedes olvidar y no dar todo como previsible, automáticamente irás más allá de los límites que te impiden percibir una realidad superior.

MUERE MOMENTO A MOMENTO

Los Guerreros de la Luz y los magos, no lamentan las pérdidas, porque la única cosa que puede ser perdida es la irrealidad.

Aunque lo pierdas todo, lo real siempre permanece. Las personas temen a la muerte porque tienen miedo de perder sus posesiones.

Los hombres forman ideas con respecto a la muerte desde la infancia, y a medida que ellas van realizándose, van recordando el miedo y el dolor que van en la memoria.

Nada muere en el instante de la muerte. Ella es un comienzo,  no un fin. Nadie sabe realmente lo que es la muerte, pero podríamos adoptar la perspectiva del Guerrero de la Luz y acogerla con alegría.

Desapégate de todas las cosas, incluso de la muerte, pues todo aquello que agarras ya está muerto, porque pertenece al pasado. Muere en cada momento y descubrirás la puerta de la vida eterna.

El ego considera la ganancia buena y la pérdida mala, pero la naturaleza no establece estas distinciones.

En cuanto hay creatividad, debe haber destrucción.

La ganancia y la pérdida son dos caras del mismo fenómeno La única cosa en la vida que trae consigo una ganancia absoluta es el beneficio de la percepción consciente, que es la esencia de la búsqueda.

Todo lo que tenemos es una memoria, una imagen, un concepto. Son invenciones de la mente.

Los pensamientos son como huéspedes, entran y salen, pero tú permaneces.

En verdad, todo lo que tememos con relación a la muerte es una proyección de la ignorancia. Simplemente, tenemos miedo de lo que no sabemos.

Para por un momento y date cuenta del sistema de pérdidas y ganancias en las que transcurre la vida. Las pérdidas parecen dolorosas y el ego reacciona ante ellas queriendo resistirse.

La lucha del ego es una forma de oposición a la vida, porque intenta imponer una existencia artificial.

Siempre que sientes la necesidad de controlar y luchar, de mantener personas, dinero o cosas que piensas posees, en el momento que ellas se van, te opones a la fuerza universal que mantiene todas las cosas en equilibrio.

Tendrás que adquirir confianza antes de poder renunciar a tus controles.

Tus condicionamientos te llevan a la desconfianza, porque las personas quieren creer desesperadamente que son inmunes a los ciclos naturales. Libérate de esta ilusión de que ellas están más allá de las leyes de la Naturaleza.

Comienza primero a tener consciencia que los juicios del ego sobre las pérdidas, son completamente falsos.

Segundo, busca la otra cara de la desgracia o de la pérdida, y encuentra la diminuta simiente de lo nuevo que quiere nacer en ti.

Tercero, sustituye la culpa y la queja por el conocimiento calmo y seguro de que estás protegido en el plano natural; no importa lo que puedas haber perdido, lo temporal nunca es real.

Comienza a darte cuenta de que la pérdida y la ganancia son como una máscara y que debajo de ella se encuentra la luz constante de lo eterno que brilla a través de todas las cosas, tejiendo la unidad a partir del caos.

El deseo ocupa un lugar peculiar en nuestro corazón, porque aunque cada uno de nosotros pase por la vida deseando unas cosas después de otras, nuestros antiguos deseos son arrojados fuera como si nunca hubiesen tenido importancia.

Es de la naturaleza del ser humano querer cada vez más. Es el deseo quien nos conduce a través de la vida hasta el momento en que puedas desear una vida superior.

En Occidente condenan la flaqueza de la carne a causa de los deseos inferiores.

En Oriente se culpan porque el deseo es la base del ciclo interminable de placer y dolor.

Para los Guerreros de la Luz no existe motivo para que el deseo sea condenado.

El deseo lanza a los mortales a todo tipo de confusión, pero forma parte del plan de Dios que tengamos deseos.

Para descubrir la verdadera naturaleza del deseo, necesitas comenzar a no hacer juicios sobre nada, a no juzgar.

Honra cada deseo que tengas y dale calor en tu corazón.

No hagas esfuerzos por conseguir lo que quieres, y confía en que el Espíritu Superior colocó el deseo en ti y deja a cargo de ese Espíritu hacer que ellos se transformen en realidad.

Descubrirás que el mal existente en el deseo no es realmente el deseo en sí, sino es el esfuerzo que el ser humano hace para alcanzarlo.

Considera el deseo como la disposición para recibir lo que Dios quiere dar. La capacidad de Dios de dar sólo es limitada por la capacidad que tienes para recibir.

Por eso, siéntete merecedor de lo que recibes y agradécelo.

El problema no habla del deseo sino lo que ocurre después, cuando tus deseos son bloqueados o frustrados.

Sin el deseo podrás crecer y si nuevos deseos no llegasen constantemente a tu interior, quedarías preso a una perpetua inmadurez.

Vivimos en una sociedad en la cual las personas son capaces de tener un número enorme de bienes materiales y, frecuentemente, encuentran un vacío espiritual. Esa vacuidad no fue creada por desear cosas materiales, sino que es creado por las personas que solamente contemplan las cosas exteriores, esperando que ellas hagan aquello que no tienen capacidad de hacer.

El dinero y las cosas materiales son necesarios, pero no satisfacen las necesidades espirituales.

El deseo necesita ser visto como un camino que al principio gira en torno de cosas como el placer, la sobrevivencia o el poder.

Pero, con el tiempo, el camino del deseo nos lleva más allá, a una fase natural en la cual el deseo de alcanzar a Dios asume una importancia suprema.

El gran problema no es el deseo sino el apego a él, la voluntad de tomar las cosas, cuando el flujo de la vida quiere que desistas de ellas.

Es de vital importancia que te armonices con la naturaleza de tu deseo, que comprendas que en el plano divino todos tus deseos están destinados a convertirse en realidad.

El bloqueo del flujo natural de la vida es creado cuando crees que no eres merecedor de lo que recibes.

Cada uno de los deseos es un pequeño paso en dirección al día en que desearás la suprema realización, que es conocer tu naturaleza divina.

Y, llegará el día, en que desearás alcanzar la iluminación para ti y todos los seres sensibles.

Pide a la Fuente Suprema para que rápidamente alcances la iluminación y trabaja sin cesar por la liberación de todos los seres.

                                               LA ORACIÓN

Buscamos en la oración una renovación íntima, a fin de realizarnos en la armonía. La oración es un medio eficaz para disciplinar la voluntad, ejercitando la paciencia que debe existir en todos los momentos de nuestra vida. Y es con paciencia que vencemos las tribulaciones diarias y superamos las tendencias inferiores en las cuales nos implicamos.

La oración es una necesidad imperiosa que se impone antes de cualquier realización. Cuando oramos calmamos las emociones y aclaramos o discernimos, armonizando los sentimientos.

Jesús usaba el ayuno y la oración, manteniendo los lazos con el Padre Supremo.

La tarea de la oración es, sobre todo, de iluminación de la consciencia, mediante la información y la vivencia del conocimiento que se transmite.

Cuando oramos canalizamos los valores latentes para realizar el progreso con valores coincidentes con la dignidad y el engrandecimiento ético y moral del ser.

La oración ocurre en lo íntimo del individuo, siendo un proceso verdaderamente transformador.

El hombre se presenta imperfecto, aunque es potencialmente perfecto,  y la oración realiza el papel de su descubrimiento como ser divino.

El hombre se transforma en aquello que cultiva en su pensamiento.

El esfuerzo para insistir en el recto pensar llena los espacios de pensamientos negativos o del no pensar, y es mediante el pensamiento recto que el hombre se descubre actuando con rectitud.

Es saludable usar la oración y buscar valores positivos que existen en sí mismo y en los otros.

Con la oración superas el temor de cualquier naturaleza, con la confianza de que ningún mal de fuera podrá hacerte daño si tuvieras bienestar interior, y que solamente te sucederá lo que venga a contribuir a tu paz y progreso material y espiritual.

Jesús realizó en la Tierra los más admirables hechos y demostró elevadas cualidades de amor, sobre todo el amor incondicional.

Todavía, su recto pensar fue causa de su recto actuar, lo cual lo hizo modelo para ser seguido en todas las épocas.

El amor incondicional es una conquista muy personal que necesita del combustible de la disciplina mental y la ternura de los sentimientos para expandirse.

Ofrezco una oración, que sigue las enseñanzas de la Ciencia Mental, con la finalidad de que sirva de modelo.

Yo me concentro en el flujo del amor de la Fuente Suprema.

Yo me concentro en la vida perfecta que Yo Soy.

Mis palabras son elaboradas desde la consciencia que soy y Yo Soy Uno con el Gran Espíritu Universal.

Mi mente se funde con la mente Subjetiva Universal y todo mi pensamiento es creativo.

Este es un universo de integridad, totalidad y unidad de infinita abundancia y puedo vivenciarlo en mi vida en forma de salud, talento, dinero, satisfacción interior o cualquier otro bien material o espiritual, que mi mente pueda concebir.

Ahora he aprendido a estar en el gobierno de mis pensamientos y a descubrir la presencia de Dios como inteligencia y sabiduría dentro de mí y en todas las personas, cosas y circunstancias de mi vida, y aprendí a confiar en el poder creativo del Universo.

Me torno totalmente inmerso en la consciencia de la presencia y el poder de la Fuente Universal, arriba, abajo, delante, detrás, a mi alrededor y a través de todo lo que hay, y permito a esa Fuente de flujo de amor, inundar todo mi ser, de forma benevolente con paz y serenidad.

         Se que todo es amor y todo es Ley Divina.

         Doy las gracias por ser real y libero mi vida a la acción de la Ley y serenamente aguardo sus manifestaciones.

         Esa oración contempla en primer plano el “Reconocimiento”, después la “Unificación con la Fuente Suprema”, a continuación la “Declaración”, seguidamente el “Agradecimiento” y finalmente, la “Liberación”.

         La oración nos lleva a la paz que es una conquista interior. Paz e iluminación interna, así como a la Presencia Divina en el individuo.

         Jesús siempre mantuvo la misma paz, en razón de la certeza de saber que Dios estaba con él, y como consecuencia, él estaba con Dios.

         Paz y Dios en la mente y en el corazón, pueden sin dudas auxiliarnos en la oración.

         El Guerrero de la Luz mantiene siempre, en todos los momentos de su oración consciente, que el Universo lo sustenta totalmente.

                                      TÚ ERES EL CENTRO DEL UNIVERSO

         El Guerrero de la Luz vive en el espíritu y protegido en la Luz.

         Cuando te deparas con el sufrimiento y lo alivias, siente compasión. La verdadera compasión no es negativa. Puedes ser capaz de sentir el dolor de otra, pero permanece confiando en el Espíritu.

         El secreto del Guerrero de la Luz es recuperar su propia naturaleza, que es la consciencia pura.

         Todo el poder y realización que los seres humanos desean, existe en el momento presente.

         Este es el misterio y la paradoja, comprender que “tú eres este momento”.

         Todo el poder que está presente aquí y ahora, debe ser encontrado internamente.

         Todos tenemos días llenos de energía, optimismo y animación, y otros días están marcados por la fatiga, pesimismo y confusión.

         Lo que marca la diferencia es nuestra habilidad para estar presentes, pues cuando eres consciente en el aquí y el ahora, tocas el origen de la vida.

         El tiempo fluye a partir de ese momento solamente.

         Las personas acostumbran debatirse violentamente para satisfacer sus deseos, sin darse cuenta de que el esfuerzo es el problema, no la solución.

         En nuestra esencia, cada uno de nosotros es sólo confianza.

         Aprecia en silencio la vida que viene a tu encuentro, momento a momento.

         Una tremenda energía, oculta en el presente, acompaña esa silenciosa aceptación y esa energía encierra abundancia, paz, inteligencia, sabiduría y creatividad.

         Confía en la confianza, ten fe en la fe y no pierdas nunca esto.

         Todos nosotros somos perfectos en esencia y nunca nos separamos de Dios o de la Naturaleza.

         Todo lo que ha ocurrido es que, en la lucha para no sentir dolor, comenzó el bloqueo del momento presente.

         De nada sirve que haya multitud de cosas en el mundo si tú no existes.

         Dios existe en ti y en todas las cosas.

         Debes estar siempre presente con Dios expresándose a través de ti y expande amor, compasión y comprensión.

         Somos conscientes de que toda la creación se inició por un Principio Único y una Inteligencia Absoluta, el Espíritu Puro. Y este Espíritu Total actuó  a través de un impulso consciente.

         Sabemos que detrás de todas las cosas existe Una Realidad, la Causa Primera y Única de todo lo que existe.

         “Dios hizo todas las cosas por Su propio medio y nada de lo que existe fue hecho sin Él”.

         El Espíritu Puro es el Poder que se conoce a Sí Mismo y en la narración de la creación, dice: “En el principio Dios creó el Cielo y la Tierra”.

         Eso encierra que el Espíritu es consciente de alguna cosa, el Principio Creativo Eterno.

         El Espíritu es vida, consciente, activa y creativa. Se entiende que antes de la Creación el Espíritu Supremo, la Inteligencia del Universo, era consciente de Sí Misma. Siendo consciente, deseó manifestarse en la forma y se hizo visible a través del poder de Su Palabra, la cual es la Ley. Por tanto, la Fuente Suprema es Ley y el resultado de la Creación.

         La palabra es el molde que actúa a través de la Ley, la cual define la forma.

         El Espíritu Puro creó el Universo, los reinos de la Naturaleza y quiso crear al hombre a Su imagen y semejanza.

         Entonces, la humanidad comparte la naturaleza de la Fuente Suprema.

         El Espíritu Puro creó al hombre de Su Esencia y lo vistió de la forma y para que el hombre sea un ser verdadero y no mecánico, le dio el libre arbitrio.

         La Palabra del Espíritu es el punto de partida para toda la Creación.

         La Palabra es la idea, el pensamiento, la imagen y la Mente Autoconocedora, transformándose en manifestación. La Palabra es la Causa Inicial.

         El Pensamiento es la Causa de todo lo que realmente existe y su manifestación es multiplicidad de la Unidad.

         La sabiduría espiritual es la Consciencia de la Unidad. Nosotros vivimos en un universo de substancias de innumerables formas, donde todo es movido por la Inteligencia Divina, de acuerdo con su Ley.

         La Inteligencia pone el poder en acción a través de la Ley, y la Creación continúa eternamente.

         Dios existe y siempre existirá y habrá eterna manifestación. Para que el hombre evolucionase necesitó de un Principio a partir del cual se pudiera desarrollar.

         El hombre inserto en el reino animal racional, como ser inteligente, parte del principio que es derivado de una Causa Inteligente.

         El hombre tiene los atributos del libre albedrío y de escoger según su criterio, entonces tiene la oportunidad de descubrir por sí mismo su propia naturaleza.

         El principio de cualquier ciencia es invisible, teórico. Nosotros no vemos la Vida, pero tenemos la experiencia de lo que es vivir. La Causa es invisible. Nosotros no vemos la Inteligencia, pero descubrimos por la experiencia que somos inteligentes.

         La ciencia es el conocimiento de hechos basados en algún principio comprobado.

         Después de muchos experimentos, cuando se determina que una teoría es correcta, se proclama un principio.

         Se demuestra la verdad científica, aunque nadie haya visto cualquiera de los principios proclamados por la Ciencia. Del mismo modo, nadie vio jamás la gran Causa que está detrás de todas las manifestaciones de la Vida.

         Cualquier ciencia consiste en un número de hechos conocidos con respecto a su principio invisible y en la medida que los hechos son probados, ellos se aceptan y usan.

         Una Ley es descubierta y para constatarla se hacen experimentos y se prueba que los hechos son verdaderos, de ese modo se formula una ciencia.

         Para que el hombre se conozca a sí mismo, es necesario el estudio de la Vida a través de las experiencias.

         Nada es más verdadero ni evidente que el hecho de estar viviendo.

         Ya que vivimos, tenemos que tener vida, entonces la Vida existe.

         No vemos la Causa, pero sí el efecto y sabemos que la Causa existe.

         Del mismo modo, la única prueba que tenemos es que la mente existe y el hecho de que nosotros pensamos. Percibimos intuitivamente, porque existe la causa del objeto observado.

         El hombre puede conocer aquello que está en el exterior a través de la intuición, porque la percepción y el conocedor tienen necesariamente que pertenecer a la misma y única Mente.

         No existe ningún objeto fuera de la Realidad que es la Mente Infinita.

         Existe una mente común a todos los seres humanos. Entonces, la Mente es simultáneamente Universal e individual. Podría también decir que la Mente Universal es abstracta, así como la individual es concreta.

         Esto es, la mente que es personificada, es la misma Mente que es Universal.

         La consciencia de Unidad no da el conocimiento de que la Fuente Suprema existe y que vive en todo.

         Reconocemos, entonces, que la Fuente existe en todos los seres.

         El Espíritu es el agente a través del cual yo soy consciente de mí mismo, de los otros y del medio ambiente.

         Para que la Naturaleza tenga expresión es necesario que se manifieste en el mundo, un mundo objetivo.

         Nuestra mente subjetiva es en realidad el uso que hacemos de la subjetividad Universal.

         Nosotros estamos envueltos por una Mente Universal y nuestros pensamientos funcionan a través de ese medio,

         Que nuestra mente consciente perciba esto o no, la comunicación con nuestro prójimo a la cual denominamos telepatía mental existe,  y construye en nuestra mente la impresión y la forma de pensamiento que es captado en el inconsciente.

         El Espíritu es el nombre que damos a la voluntad consciente en el Universo, pero existe una Ley en el Universo que funciona de manera correcta, de acuerdo con la tendencia establecida, y Ella actúa inexorablemente.

         Nosotros no podemos destruir la Ley, pero podemos hacer cambiar su dirección.

         La Ley de la Naturaleza y su fuerza, es un poder mental, inteligente y creativo.

         A medida que estudiamos nuestro propio ser, deducimos el que es la naturaleza del Ser Universal, de la Fuente.

         Y sabemos solamente aquello que juzgamos lo que la Fuente debe ser a través del estudio de la Naturaleza, de aquello que podemos analizar y también a través del sentimiento intuitivo que tenemos de las verdades eternas.

         La Fuente Suprema como Ley, significa la manera a través de la cual el Espíritu hace su trabajo y la Ley sería el siervo del Espíritu.

         La Fuente es Espíritu, el Saber; la Fuente es Ley, la Acción; y la Fuente es el resultado, el Cuerpo, que significa la manifestación del Espíritu.

         El primero es el Padre, la Causa, la Cosa en Sí; el segundo es el Hijo, es cómo Funciona y el tercero es el Espíritu Santo, lo Que Hace.

         La Causa, el Padre, es la Inteligencia Absoluta. Cómo Funciona es el Hijo, que es la Ley Absoluta y el Que Hace es el resultado de la manifestación del Espíritu Santo, la Acción.

         Así, deducimos que la Fuente Suprema es triple en Su Naturaleza.

         El hombre evolucionó partiendo de la base del Gran Desconocido, la Causa, entrando en el progreso cuando tuvo la experiencia de conocerse a sí mismo.

         El hombre puede pensar, planear y ejecutar, y eso le dio la capacidad de conocerse.

         Existe una sola Vida que es la Fuente Suprema, que es Fuerza, Sabiduría y Amor, la primera conquista personal del hombre, cuando pronuncia YO SOY, consciente, asumiéndolo con responsabilidad de su verdadera identidad unificado a la Fuente.

         YO SOY unifica la personalidad encarnada con la individualidad espiritual.

         YO SOY es una célula de la Fuente Suprema, del Centro de donde todo emanó.

         Cuando yo se que soy Uno con esta Fuente y con la Vida que Ella es, YO estoy unido con todo lo que esta vida es, y las cualidades de la Fuente son expresadas por mí, según mis propias experiencias en la vida.

         La Presencia YO SOY es la luz en todos nosotros, la luz que existe dentro del proceso y que podemos usar para experimentar la divinidad individualizada.

         El Cristo en nosotros es una frecuencia vibratoria venida de la Fuente Suprema, para que podamos digerirla en nuestra individualidad.

         La Presencia YO SOY dentro de cada uno, nos da toda todas las respuestas que necesitamos, pues ella es la expresión crística de la Fuente Suprema. Y esta Fuente no desea seguidores ciegos. Ella quiere Cristos iluminados, corazones abiertos, mentes claras, almas puras y espíritus llenos de compasión y amor.

         Somos seres humanos con sabiduría para definir los procesos que nos rodean. Como el pensamiento humano nace en la ilusión de la separación, lo que tenemos son puntos de vista. Pero si todo nace de un Principio Único, la unidad constituye la Esencia del Principio Único del Todo. La unidad reside en el interior del proceso, no dentro de las creencias acerca del proceso. La Fuente no está interesada en causa y efecto, sino en el resultado de su experiencia de aprendizaje a través de las diversas individualidades crísticas.

         El yo-personalidad o ego negativo es una parte de quien somos y sirve a su propio propósito, mientras también aprende. Actualmente tenemos que reivindicar todas las partes de nuestro ser y al realizar esto creamos la unidad en el ámbito de nuestra consciencia. Tenemos el principio de los siete cuerpos con frecuencias vibratorias diferentes, con densidades distintas, pero formando una unidad.

         En este momento planetario tenemos que actuar como agentes y cooperadores creativos de la Fuente Suprema. No importa lo que somos, sino que importa el que YO SOY aquí y ahora. Lo que vale ahora es la consciencia que tengo de mí mismo y de todas las cosas, la consciencia de la Fuente Suprema como Esencia Absoluta, como Naturaleza Pura. La causa y el motivo de la creación y el amor. La conexión con la Fuente Suprema.

                                               EL GUERRERO DE LA LUZ

         Un Guerrero es un hombre especial y fluídico, que permanece en armonía con el mundo que lo rodea, sea el mundo de la razón o de la voluntad.

         La vida de un Guerrero es un desafío interminable. Los deseos no son buenos ni malos, son solamente desafíos.

         La diferencia entre un hombre común y un Guerrero es que el segundo acepta todo como un desafío y el hombre común lo hace como una bendición o como una plaga.

         El secreto de un Guerrero es que cree sin creer. Tiene que proceder en sus actos como si creyese y hacerlo conscientemente, como expresión de su íntimo escoger.

         Un Guerrero no cree, simplemente “tiene que creer”.

         El “tener que creer” significa que lo ha de considerar todo.

         Debe considerar antes de arriesgarse, para poder caminar feliz en dirección a su destino.

         La condición primordial de un Guerrero es considerarse siempre en todo.

         La regla básica de un Guerrero es que toma sus decisiones con tanto cuidado que nada que pueda ocurrir en consecuencia de ellas puede sorprenderle, y mucho menos agotar su poder.

         Ser un Guerrero es estar alerta y ser humilde. El camino del Guerrero es la armonía entre los actos y las decisiones, y luego la armonía entre el mundo material y el espiritual.

         Lo que importa en el camino del Guerrero es ser impecable, esto es, tener humildad. Lo importante es alcanzar la totalidad de su ser y tener suficiente “poder personal” acumulado.

         Todo lo que hacemos, lo que somos, reside en nuestro poder personal. Cuando se tiene poder personal se utilizan las revelaciones, los conocimientos.

         La confianza en sí mismo del Guerrero es impecabilidad y humildad.

         Ser humilde significa ser impecable en acciones y sentimientos.

         No basta hacer lo mejor de sí mismo, hay que hacer mucho más, esforzarnos todo el tiempo hasta el máximo, hasta hacer hoy posible lo que ayer era imposible.

         Un Guerrero actúa persistentemente y conserva sus reservas de poder.

         La impecabilidad es hacer lo máximo en todo lo que se emprende.

         Sentir y actuar como un ser inmortal que tiene todo el tiempo del mundo.

         Un Guerrero se orienta por sí mismo, no de una manera egoísta, sino en el sentido de un exámen total y continuo de su ser.

         Los atributos del Guerrero son control, disciplina, paciencia, oportunidad y voluntad.

         El mayor enemigo del Guerrero es la vanidad que consume grandes cantidades de energía.

         Lo que lo debilita es sentirse ofendido por los hechos de los otros. La vanidad hace al Guerrero débil y vulnerable.

         Nada puede equilibrar tanto el espíritu de un Guerrero como el desafío de relacionarse con personas intolerables en posiciones de poder.

         Los Guerreros tienen que adquirir sobriedad y serenidad para soportar la presión de lo incognoscible.

         El Guerrero no puede sentir pena de sí mismo o llorar por su impotencia.

         Debe permanecer alegre y sereno. No puede evitar el dolor y la tristeza, pero sí evitar entregarse a esos sentimientos negativos.

         El Guerrero reconoce su dolor, pero no se entrega a él. Así, el estado del espíritu del Guerrero que penetra en lo desconocido no es de tristeza, por el contrario es de alegría, porque se siente confiado, ya que su espíritu es impecable y, por encima de todo, plenamente consciente de su eficiencia.

         La alegría viene de haber aceptado su destino y haber evaluado lealmente lo que le espera.

         Se conserva feliz y completo, sin preocuparse con el resultado del encuentro con lo desconocido, y que el hecho de vivir o morir no importa en cualquier momento.

         El secreto del Guerrero es que su vida está basada sobre el afecto, la dedicación y la lealtad a sus amigos queridos.

         Él permanece siempre alegre porque su amor es inalterable y su amada, la Tierra, lo abraza y le concede dádivas inconcebibles.

         La tradición dice:

         Todos somos energía y esta energía es “Consciencia”, no existe energía que no lo sea.

         El estado de consciencia intensificada es un estado especial; la concentración total es ocupada por los detalles de la acción en curso.

         Para recordar lo que sucede durante ese estado especial de consciencia es necesario un buen entrenamiento.

         Este es un mundo de energía y también un mundo de objetos.

         Primeramente, percibimos el mundo de una forma social y material.

         Cuando aprendemos a “ver” la esencia, y ver el mundo como energía, entramos en la percepción de la esencia.

         “Ver” consiste en un intervalo de verdadero silencio interior, seguido por un alargamiento exterior del ser, que se encuentra y se funde con otro cuerpo o cualquier otra cosa dentro de nuestro cuerpo de consciencia.

         En el Universo hay una fuerza inconmensurable e indescriptible que los Guerreros llaman “intento”.

         Todo lo que existe en el Cosmos está ligado al intento de conexión.

         Hay dos categorías de consciencia:

         1.- Estado de consciencia de la vida cotidiana.

         2.- Estado de consciencia intensificada, la cual cada uno recibe directamente del intento, sin un lenguaje hablado.

         El Guerrero de la Luz es un guía con energía extraordinaria, sin intermediarios, pues canaliza paz, armonía, alegría y conocimiento, directamente de la Fuente, del “intento” y la transmite a sus compañeros.

         La piedra fundamental de las enseñanzas está en la maestría de la consciencia, que consiste en dos premisas básicas:

         1.- El Universo es una aglomeración infinita de campos de energías, semejantes a filamentos de luz.

         2.- Esos campos de energías, llamados emanaciones del Águila, irradian de una fuente de proporciones inconcebibles, metafóricamente denominada Águila.

         3.- Los seres humanos también son compuestos de un número incalculable de los mismos campos de energías de filamentos. Esas emanaciones del Águila forman una aglomeración encapsulada que se manifiesta como una bola de luz del tamaño del cuerpo de la persona con los brazos extendidos lateralmente, como un huevo luminoso.

         4.- Sólo un grupo muy pequeño de campos de energías en el interior de esa bola luminosa, son encendidos por una punta de intenso brillo, localizado en la superficie de la bola.

         5.- La percepción ocurre, cuando los campos de energías de ese pequeño grupo inmediatamente alrededor del punto brillante, extienden su luz para iluminar campos de energías idénticos en el exterior de la bola. Una vez que los únicos campos de energías perceptibles son iluminados por el punto brillante, ese punto es llamado “el punto donde la percepción es aglutinada.”

         6.- El punto de aglutinación puede ser movido de su posición usual sobre la superficie de la bola luminosa, bien en la superficie o en el interior. Una vez que el brillo del punto de aglutinación puede iluminar cualquier campo de energía con la cual entra en contacto, cuando se mueve a otra posición, ilumina inmediatamente nuevos campos de energías, tornándolos perceptibles. Este hecho es conocido como “ver”.

         7.- Cuando el punto de aglutinación cambia de situación, hace posible la percepción de un mundo enteramente diferente, tan objetivo y actual, como el que normalmente contemplamos. Los hechiceros entran en ese otro mundo para obtener energía, poder, soluciones para problemas generales o particulares, o para enfrentarse a lo que no imaginamos.

         8.- El intento es la fuerza que cambia y vuelve a ordenar las cosas o las mantiene como son. El intento nos penetra y nos hace ver.

         9.- El objetivo de los hechiceros o Guerreros es alcanzar un estado de consciencia total de manera que puedan experimentar todas las posibilidades de percepción disponibles al hombre. Eso implica una manera alternativa de morir.

a)         Los hechiceros antiguos eran capaces de distinguir dos tipos de movimiento del punto de aglutinación: El cambio del punto de aglutinación es un movimiento hacia cualquier posición en la superficie o el interior de la bola luminosa.

b)    El movimiento del punto de aglutinación es un cambio para posiciones fuera de la bola luminosa.

La diferencia entre una y otra, entre cambios y movimiento, era la naturaleza de la percepción que cada uno de ellos permite.

Como los cambios desde el punto de aglutinación son movimientos dentro de la bola luminosa, los mundos que ellos engendran , no importando cuán maravillosos o increíbles puedan ser, pertenecen al dominio humano. Este dominio son los filamentos que pasan a través de toda la bola luminosa.

El movimiento del punto de aglutinación, ya que son llevados a posiciones fuera de la bola, captan filamentos de energía que están más allá de la comprensión, mundos inconcebibles, sin ningún trazo de antecedentes humanos.

El punto de aglutinación es el punto de nuestra aura en que las energías del Universo se alinean con nuestras energías internas, provocando la percepción. En el ser humano, se localiza en la región que está entre los omoplatos, y si esa posición es alterada, pasamos a contemplar otras realidades u otros mundos. El tradicional “golpe en la espalda” altera la posición del punto de aglutinación. Solamente un mago o un Guerrero de la Luz, consigue mover ese punto en otra persona.

Para sistematizar y reconstruir conversaciones y enseñanzas, se coloca el punto de aglutinación conectado con la posición que se tenía al vivir la experiencia. Cuando el punto de aglutinación se mueve hacia el interior del huevo luminoso, se tiene acceso a otros mundos, a otros campos de energía. Estos varían en la medida que el punto de aglutinación se va fundiendo y los ilumina. Así se adquiere las percepciones no comunes.

 

 

EL CENTRO DE TODO HOMBRE, SU YO ESPIRITUAL, SU ALMA Y

                                   SU DIOS INTERNO

En cada instante estamos adquiriendo conocimientos y experiencias intransferibles.

La vida es dinámica e impone cambios en todos los sectores y en todo momento.

El hombre se renueva diariamente, ampliando su percepción de la Verdad Universal, como resultado de su madurez espiritual.

Cada consciencia es una creación de Fuente Suprema; cada existencia es un eje sagrado en la corriente de la vida en que Dios vibra y se manifiesta.

El alma humana es una consciencia formada, retratando en sí las leyes que gobiernan la vida.

El mundo mental de las aspiraciones e ideas es el gran agente moderador del mundo físico. Podemos decir que proceden del Espíritu, tanto la salud como la enfermedad.

A lo largo de la existencia física, los estados de la mente son proyectados sobre el cuerpo a través de unidades de fuerza psicomática que actúan en el citoplasma, pudiendo beneficiar o agravar su situación, de acuerdo con la elección de vibrar en la salud o en la enfermedad.

Y, de esta forma, es que todos los días, en todo momento, en el ejercicio de nuestra voluntad, formamos nuevas causas.

La dolencia física, de modo general, viene de la mente y se libera a través del cuerpo físico.

No hay cura para las enfermedades del alma, cuando ella no se rinde y asume la responsabilidad de recuperarse a sí misma.

Sin que los pensamientos se purifiquen y sin que la voluntad gobierne el organismo para el bien, la intervención de los medicamentos humanos no dejan de ser una medida preventiva.

El principio fundamental, la base de nuestra existencia que hemos de buscar, es la evolución, a través de la cual rescataremos nuestras cualidades divinas: el amor, la alegría, la belleza, el bien y la luz.

Podemos elevar cada vez más nuestras vibraciones, enriqueciendo el pensamiento, por medio del desarrollo de la inteligencia, estudios, conocimiento, comprensión, sabiduría y del sentimiento en la práctica del bien, del servicio prestado y de la ética.

         Dice Buda que en la propia naturaleza básica de la mente está Buda iluminación, un principio fundamental, unificador, puro, perfecto, sin obstrucciones, totalmente extenso, más allá del tiempo y del espacio y, aun así, capaz de ser vivido, bajo una variedad de condiciones.

         La naturaleza intrínseca de cada ser es la libertad e iluminación, la misma esencia de Buda o del Cristo.

         Nada ha de ser buscado o rechazado, solamente reposar en la condición natural, para que la mente vibre en la esencia del Cristo.

         A semejanza de un agua turbia que, por el reposo, se posa y se torna cristalina, la mente por sí misma comienza a clarear y termina por revelar su naturaleza pura.

         Cuando se recupera la riqueza natural de la mente a través de la liberación de los obstáculos, podrás beneficiar a todos los seres, de forma natural y sin esfuerzo, por la práctica que se da espontáneamente en lo cotidiano durante las veinticuatro horas del día.

         La condición natural de la mente es reposar y vivir, esto es, relajarse.

         Practicando así verás que ninguna separación existe entre práctica e iluminación o meditación y vida diaria.

         Palabras de los Maestros:

         “Sus cuerpos son como gotas de rocío.

         Sus vidas, proyectos, posesiones, seguridades, como brillos de una chispa en el aire, que desaparece en un momento.

         No malgasten su tiempo.

         Anden por el camino que apunta directamente a la naturaleza original crística.

         Respeten a aquellos que alcanzaron la comprensión.

         Sean uno con la sabiduría de los Budas”.

         En la práctica de la meditación, permaneciendo en la mente pura, como un estado mental particular o como la supresión de los pensamientos o de los sentidos, porque se han abierto los ojos internos, reconocerás a los otros, el mundo externo y el espacio donde todo está contenido.

         No es fácil reposar en la condición natural de la mente, pero es preciso comprobarlo para tu propia experiencia.

         Al no centrar la mente en el mundo exterior, no significa reposar mentalmente. Ella sigue su actividad evaluando, imaginando, examinando, recordando, aceptando y rechazando.

         Somos esclavos del flujo mental desordenado y de la imaginación, que tiene su propio curso y está más allá de la voluntad, al ir y venir y de emociones gratas y desagradables, atractivas y repulsivas, deprimentes e insoportables que surgen de una región no accesible a la auto-observación y determinan el curso de nuestras acciones.

         En resumen, no tenemos dominio sobre nuestro flujo mental, nuestras emociones y ni sobre la imaginación. Eso ocurre a todos los seres sensitivos, que actúan a través de los sentidos.

         Lo que llamamos “vivir” sucede sobre los estímulos sensoriales y de esa forma acontece que un mundo irreal se construye mentalmente por interpretaciones automáticas venidas de experiencias vividas anteriormente.

         Permanecemos en esta prisión, en este mundo irreal, hasta que por la práctica de la meditación y conscienciación, vemos las condiciones a las que estábamos aprisionados y sometidos.

         La prisión que condiciona nuestra mente es la imposibilidad de ver las cosas como realmente son. Apenas vemos sobre nuestra propia base cármica, la cual causa una obstrucción, la falta de comprender las cosas.

         El condicionamiento mental es quien da el sentido práctico y referencial.

         Objetos concretos, abstractos y conceptos, todos viven realmente en el mismo universo cognitivo mental.

         Los conceptos están vacíos en sí mismos y no existen. Debemos ver las cosas como realmente son, comprendiendo profundamente la naturaleza del nacimiento de sus realidades a los ojos que las ven.

         La liberación se realiza por la superación de las obstrucciones cármicas.

         La libertad del carma llega por la auto-observación de la voluntad e imaginación, esto es, por el examen interno de cada uno consigo mismo, de todo el proceso cármico particular.

         La libertad se obtiene cuando la mente, en el transcurso de las acciones condicionadas, pasa a centrarse en el proceso de la prisión.

         Cuando la mente pasa a observar el proceso, todo aquello que lo sustenta queda en suspensión y el carma se desdibuja.

         De esta forma se acumula mérito en la mente que toma la dirección con su imaginación.

         La actitud correcta está en la comprensión del dolor de todos los seres y el esfuerzo de capacitarse para poder ayudarlos y en eso se resume el “amor”.

         La cualidad necesaria e indispensable es la perseverancia en el camino, el esfuerzo correcto paciente y el movimiento sin agresión.

         Hemos de observar la mente permanentemente, teniendo la habilidad de conducirla adecuadamente, sin irritación, sin lucha, sin desánimo, sin formular juicios, sin teorías y sin diagnósticos.

         Es necesario paciencia y más paciencia y tanta como sea necesaria.

         La impaciencia surge por la mente dividida con propósitos, con objetivos definidos en el tiempo y el espacio.

         Paciencia es un estado natural de no perturbación, ella no es creada sino que es la base. Cuando la impaciencia desaparece, la base ya está colocada.

         Es como el espacio que no necesita ser creado, sino que ya existe, basta retirar los objetos que están colocados en él.

         La paciencia es la práctica de la iluminación.

          En la paciencia los aspectos de sufrimiento, temporalidad y separación, no tienen raíces para crecer.

         El esfuerzo tiene como base en la mente, la actitud de que se sabe dónde llegar.

         Tener compasión como un firme compromiso, aunque los seres a quienes admiramos o ayudamos se comporten negativamente.

         Mantener la voluntad contemplando el real beneficio de todos los seres sensitivos es la actitud más adecuada y sublime.

         Calmar la mente y mantener la actitud de “esencia pura del Cristo”. Los Maestros tienen inmenso amor por todos los seres sensibles, y los ayudan a través de la compasión.

         Es necesario comprender la naturaleza real de nuestras dificultades y entender que ellas no son externas sino internas.

         El ideal espiritual es alcanzar la liberación por amor a los demás seres. Este es el concepto de los Maestros, el camino del amor y la compasión como expresión de sabiduría.

         Todos los fenómenos del mundo deben ser vistos con percepción pura, inseparable del vacío inmortal, que todo lo penetra.

         Viviendo en la quietud y vacío absolutos que descubrimos entre los pensamientos, constatamos que los movimientos de la mente y la consciencia de ellos, no están separados del vacío.

         No nos compliquemos con pensamientos del pasado o del futuro, ni aun con pensamientos sobre el presente, que puedan distraernos.

         Permanezcamos firmes en el presente, en una clara percepción del vacío, a través de la comprensión absoluta y directa del vacío y de la pureza primordial, como la naturaleza del Cristo, para poder transformarnos en seres iluminados.

                                               EL ARTE DE LA CURACIÓN

         Conocerse como energía es “curarse” y transmutar una cualidad vibratoria por otra; es transformarse y tomar contacto con tu propio Ser.

         La verdadera curación sucede en dos niveles: físico y espiritual. Nuestro cuerpo es un registro químico y biológico de todas las experiencias por las cuales ya hemos pasado y las informaciones están registradas en el ADN que contiene el código genético. Reconocer y aceptar que somos hijos del Universo, constituye un elemento crucial en la sanación.

         La clave para reconocer que somos seres humanos divinos es comprender que somos multidimensionales. Así, en nuestra formación tenemos un cuerpo físico, pero existen también otros aspectos energéticos que forman parte de nuestro yo personal. Tenemos un cuerpo energético etérico que da vitalidad al físico, a través de sus centros energéticos, los chakras. Tenemos un cuerpo emocional o astral, centrado en el plexo cardíaco; un cuerpo mental y un aspecto espiritual que denominamos Yo Superior, conocido como alma.

         Nuestra alma está unida a la Fuente Suprema de toda la vida que fluye de Dios Padre y Madre. Nosotros somos la manifestación física en este plano de la Tierra tridimensional y poseemos una consciencia. Es esta consciencia que al ser despertada, sabe que está unida a la Fuente Divina y esa ligazón produce la cura y el entendimiento. El paso siguiente es ir más allá de sentirse unido a la Fuente, es sentirse Hijo del Padre Supremo.

         Todo en el cosmo vibra en una espiral. La Tierra está trazando círculos en su eje en el camino de su órbita. La galaxia también traza espirales en el espacio, y de la misma manera, los electrones en nuestro cuerpo.

         Cuando los electrones están girando en una órbita correcta y equilibrada, nosotros tenemos salud. Cuando ellos son influenciados por una forma – pensamiento de configuración negativa, de baja frecuencia vibratoria, hay un declinar en la vitalidad. Nuestro campo electro – magnético se rompe, causando debilidad física, que se puede manifestar de diversas formas. Nuestra inmunización baja y, por consiguiente, enfermamos.

         Toda dolencia en el principio se presenta a nivel energético y solamente cuando ha progresado lo suficiente se manifiesta en el cuerpo.

         Poseemos un eje de equilibrio, representado por la columna vertebral. En el aspecto energético es representado por dos canales conocidos como Ida, el femenino y Pingala, el masculino. El primero es de energía lunar y el segundo es de energía solar. El canal principal de unión es Sushuma, de polaridad neutra, situado en el coxis, hasta la parte superior de la cabeza. A lo largo de este eje central energético, se localizan los chakras o centros de energía, que funcionan juntos con las glándulas, como un todo integrado. Cada chakra tiene su papel propio a desempeñar y cualquier influencia que sea ejercida sobre el pensar, sentir o actuar, repercutirá en todo el sistema. Luego, tenemos tres centros energéticos importantes, a los cuales debemos prestar atención, y que son:

         1.- El centro de la frente o chakra frontal, de color índigo y nota musical La. Conocido también como “tercer ojo”. Está unido a nuestros pensamientos.

         2.- El centro energético aéreo, o chakra cardíaco, de color verde y nota musical Fa. Está unido a nuestras emociones.

         3.- El centro del fuego, o chakra del plexo solar, de color amarillo y nota musical Mi. Trabaja integrado con los otros dos chakras inferiores, el esplénico y el básico. Formando los tres una unidad que impulsa el deseo, la voluntad y la fuerza de acción.

         En el centro de la frente, tenemos la glándula pineal, por la cual el hombre humaniza su mundo interior y el externo. El hombre, en su existencia terrenal, funciona como un ser dual, existiendo un ser espiritual en el interior del cuerpo, no solamente para dar una idea intelectual de la divina sabiduría y del dominio divino sobre las condiciones terrenas, sino también para proteger y controlar el perfecto funcionamiento del cuerpo físico. El alineamiento de estos tres centros de energía es fundamental para la salud física y espiritual.

         Una manera práctica de equilibrarse es hacer este ejercicio, preferente sentado:

         1.- Centra la atención en el entrecejo y di mentalmente: “Yo me pongo en línea y hago mis pensamientos unos con Dios Padre-Madre”.

         2.- Centra la atención en el centro del pecho y di mentalmente: “Yo me pongo en línea y hago mis emociones unas con Dios Padre-Madre”.

         3.- Centra la atención en el plexo solar y di mentalmente: “Yo me pongo en línea y hago mi cuerpo uno con Dios Padre-Madre”.

         Respira hondo y, lentamente, expira, centrándote algunos minutos en el flujo de la respiración. Queda en silencio y escucha el ritmo de tu ser interior. Queda como un espectador de ti mismo, sin analizarte. Siente el aire que respiras como vida, fuerza y vitalidad. Toma consciencia de la vida que habita dentro y fuera de ti, y eso te llevará a la consciencia del ser que tú eres. EL SER tiene dos formas de expresión, la VIDA y la CONSCIENCIA.

         Visualiza tu columna vertebral y siéntela como un eje luminoso, y esto te colocará en un estado confortable, vibrando con la energía armoniosa del universo.

         ¿Qué somos realmente?

         La consciencia que adquirimos, de esa permuta de materia y espíritu. Tenemos que ser conscientes del SER que somos, Vida y Consciencia.

         Siendo la mente un flujo de pensamientos, es sólo a través de la pregunta: “¿Quién soy yo?”, que ella guarda silencio. Se  vuelve introvertida y los pensamientos se sosiegan y, de ese modo, perseveramos decididamente en la práctica de la auto-investigación, adquiriendo fuerza creciente y poder.

         Cuando se investiga de dónde viene el pensamiento yo o mi, nos llevamos la mano al centro del pecho a la altura del corazón. Esta es la “fuente” y el apoyo de la mente. Llegamos a la misma fuente fijando la mente en el corazón, con firmeza, y entonces nombres y formas retroceden y desaparecen.

         La mente queda absorbida en el corazón, el yo inferior o el yo personalidad, que es el centro de la multiplicidad de los pensamientos, desaparece finalmente, y la pura consciencia o Ser, que subsiste en todos los estados de la mente, permanece sola, resplandeciente. Es en este estado donde no hay la menor traza de pensamiento yo o mío, donde encontramos nuestro verdadero SER.

         Mantener la mente constantemente vuelta hacia dentro, centrada en el corazón, permaneciendo así en el SER, es estar en fervorosa contemplación y meditación en el YO SOY, la Presencia Divina en nosotros. Esta es la verdadera felicidad, dictarse a sí mismo la acción de SER el YO SOY. Este estado de percepción es, por su verdadera naturaleza, “consciencia, existencia y felicidad”.

         Nos cabe a nosotros, únicamente a nosotros, la responsabilidad de cualquier enfermedad que tengamos. Así como también es nuestra responsabilidad permitir y recibir la curación. Nosotros no somos responsables de la curación de nadie, pero tenemos la entera responsabilidad de la nuestra, que se inicia con el “amor a mí mismo”, no en el sentido egoísta, mezquino, sino con la consciencia de que somos seres divinos, unidos a la Fuente Divina y que esta Fuente está siempre disponible para nosotros, tengamos o no consciencia de ella.

         La ciencia convencional dice que la causa de la enfermedad es externa. Por ejemplo, un virus que invade el cuerpo produce la dolencia. Este mensaje denota la responsabilidad y la causa a un agente exterior.

         Estamos en esta Nueva Era saliendo de un sistema en la cual la curación era denominada por una interpretación analítica, científica, basada en el lado izquierdo del cerebro y concentrada siempre en los síntomas. La ciencia siempre apunta a un agente físico como la causa. Pero cualquier cosa física, como un virus, es un síntoma y  no una causa. Nada impide que sea tratado con los recursos adecuados, conforme el diagnóstico médico, pero la persona debe especular sobre la verdadera causa. Ella se origina en las formas mentales de los pensamientos y no en el mundo físico.

         Entonces, quien no toma conocimiento de su realidad dentro de una interpretación energética, no tomará consciencia de la causa y, por consiguiente, permanece sin cambiar su consciencia, sus hábitos, sus moldes mentales y emocionales y sin asumirse a sí mismo. Y quien no se responsabiliza de sí, demuestra que no se ama, tanto o bastante como para auto-conocerse.

         Si le preguntáramos a un físico de qué estamos formados, respondería que somos un espacio vacío. A nivel cuántico o en nivel atómico, somos en gran parte un espacio vacío. En ese espacio  se encuentra la consciencia y la percepción y, en esa consciencia, están las formas-pensamientos que se relacionan con pensamientos, creencias e ideas. Nuestros cuerpos físico, emocional y mental, son proyecciones de nuestra consciencia. Las formas-pensamientos se originan de nuestras creencias, así como la ilusión de su realidad tridimensional. En verdad, la consciencia es la suma total de todas las experiencias que ya tuvimos y las que aun tendremos.

         Esas formas-pensamientos a lo largo del tiempo se cristalizan, formando sistemas geométricamente moldeados de energía. Esta energía se aglomera en nuestra áura, produciendo sistemas que pueden ser detectados por un sensitivo clarividente o por la fotografía kirlian, la cual reproduce el campo electromagnético, presentando el aspecto de la consciencia y del subconsciente.

         Cuando mantenemos un sistema de pensamiento negativo durante largo tiempo, creamos una forma-pensamiento que se cristaliza, causando un rompimiento energético y produciendo dolores en el plano físico, así como enfermedad. Esto sucede porque la forma-pensamiento no está en línea con el propósito del alma, que es el de “amarse a sí misma y aprender a ser feliz”.

         El eje del equilibrio energético que se desorganiza, haciendo que cada cuerpo vaya por su lado, causa desarmonía y falta de equilibrio energético que repercutirá en el plano físico. Esto ocurre cuando la persona piensa de una manera, siente de otra y actúa contra el propósito de su alma, esto es, sin escuchar lo que suena dentro de su interior.

         La enfermedad se manifiesta en esta circunstancia, porque no está habiendo equilibrio ni armonía en el eje energético del pensar, sentir y actuar. El tratamiento basado únicamente en la curación física no dará la consciencia de la causa, así como el tratamiento espiritual al recibir aplicaciones energéticas por imposición de manos o cualquier otra técnica aplicada.

         La consciencia de la causa sólo podrá ser realizada por la propia persona, entrando dentro de sí misma y enfrentándose a sus miedos, temores, aprensiones, rencores, etc. Las emociones guardan, vibran y suenan en las formas – pensamientos, y esa energía repercute entonces en el cuerpo físico.

         El concepto analítico que hace el cerebro izquierdo, dará una consciencia puramente sensorial. La mayoría de las personas están con la consciencia centrada en el centro energético sensorial que se localiza en el plexo solar y chakras inferiores, produciendo así una respuesta superficial. Pero una persona que tiene firme voluntad de conocerse, de evolucionar, de crecer en conocimiento y sabiduría, retira su fuerza de voluntad, su consciencia, hacia los centros de energías superiores, haciendo vibrar los dos chakras, el frontal del tercer ojo, a través de la glándula pineal y el cardíaco.

         Toda persona es responsable de sus pensamientos, sentimientos y acciones, y tiene el libre albedrío para conocerse, buscando dentro de sí las respuestas a sus problemas, sean del orden que sea.

         Como he dicho, nada nos impide recibir auxilio externo para alcanzar el equilibrio, la curación y la armonía, pero tiene que haber simultáneamente un trabajo interno, que es el de conocerse.

         La enfermedad es en realidad una forma de aprendizaje, tal vez no la mejor manera de aprender, sino una de las maneras. Esto no se refiere solamente a la dolencia sino a cualquier situación de la vida, en que se presentan problemas y hechos sin armonía que tenemos y debemos solucionar. Hemos de poseer la responsabilidad de asumir los hechos, siendo este el gran desafío de la vida, superando las dificultades, sean ellas las que fueren. Tiene que haber la búsqueda de la causa en lo más profundo del ser, queriendo realmente saber lo que está en desarmonía dentro de sí y cambiar los sistemas formativos para que pueda efectuarse la verdadera curación. Sin cambio no hay cura, sólo una pseudo cura y más pronto o más tarde, la desarmonía de alguna forma retornará, hasta que la persona aprenda a buscar las respuestas dentro de sí.

         La mejor manera de evolucionar es adoptar la investigación, preguntándose a sí mismo antes de cualquier situación:

         ¿Qué es lo que la enfermedad quiere decirme?  ¿O el dolor?

         ¿Este hecho que está ocurriendo en mi vida, qué quiere mostrarme?

         ¿Qué debe ser cambiado para que haya armonía en mi vida?

         ¿Estoy de acuerdo con el propósito de mi alma?

         ¿Estoy cumpliendo con mi misión?

         La clave del arte de la cura, en cualquier situación, es permitirse a sí mismo el auto-conocimiento y tener consciencia de lo que le sucede y el por qué. Tener consciencia de tu verdadera identidad divina y trabajar siempre buscando dentro de sí la sabiduría divina para la comprensión de las cosas; esto traerá la curación del plano físico y del alma, de la materia y del espíritu. El permiso de usar el lado derecho del cerebro, de sentir, de intuir, llevará por consiguiente a percibir la causa.

         La integración de los dos hemisferios del cerebro, dará una nueva consciencia. La voluntad y el firme propósito, nos llevará a la ampliación de esta consciencia.

         Es provechoso el hábito de meditación con la visualización de la luz, cinco o diez minutos diarios, como un ejercicio que dirigiremos con una fuerte voluntad. Después pasará naturalmente a fluir en nuestra vida cotidiana y en todos los contextos de nuestras vivencias como consciencia luminosa.

         Mirar el sol, absorber su luz y el ejercicio diario que nos fortalecerá bajo todos los aspectos. Guardar en la memoria esta luz y procurar almacenarla en nuestro interior, es siempre benéfico. En la medida que atraemos luz solar, formamos la base del Yo Superior.

         Al realizar el ejercicio procura estar lo más relajado posible e imagina la luz del Sol en la parte superior de la cabeza, a la altura de la coronilla, dejándola descender por la columna vertebral hasta el coxis y, automáticamente, ella se esparce por todo el cuerpo. Siéntete lleno de luz, vitalidad, paz y armonía. Céntrate en el pecho y siente tu corazón lleno de luz radiante formando un gran escudo como si fuese un lámpara, con una irradiación de una dimensión cósmica, formando un huevo áurico de luz.

                Cuando vayas a dormir, podrás usar este ejercicio, y cuando cierres los ojos para dormir, puedes tener como último pensamiento de que cuando estés durmiendo, inconsciente, la VIDA sigue en silencio en el cuerpo dormido. El corazón ha de vibrar, la sangre circular por las venas y los millones de átomos vivos

                                               LA SENSITIVIDAD

         Todos nosotros somos sensitivos, pero es necesario tener voluntad y coraje para ser sinceros y auténticos en un servicio amoroso.

                                           INVOCACIÓN DE CURA

         “Señor, haz de mí tu instrumento de cura.

         Que todo mi cuerpo sea lleno de tu bendita energía y que la compasión que siento abra los canales, para que tu curación y poder de regeneración, fluyan y cubran todo el ser y me hagan sano y perfecto.

         Que sea hecha tu voluntad.

         Yo te doy las gracias en profunda fe”.

                                               LA SENSITIVIDAD

         Hay quien dedica su tiempo a trabajos terapéuticos especiales para sensitivos, a fin de ayudarles a administrar sus dones. Reconozco, por experiencia propia, lo importante que es esto, pues he conocido gente que ha nacido con maravillosas cualidades.

         Menciono esto, porque puede ayudar, tanto en la busca de la comprensión de los factores sensitivos, como para orientar a los que piden ayuda.

         Partiendo del principio que cuerpo y mente forman una unidad indivisible, el Espiritualismo ayuda también a desvelar los misterios del cuerpo. Nos auxilia en los problemas psíquicos o psicosomáticos que generan depresión, alcoholismo, obesidad y tantas otras cosas.

         El objetivo de ayudar al ser humano para alcanzar su equilibrio por el uso de la razón.

         La persona que tiene sensitividad, es llamada “sensitivo”. Es una persona normal con cualidades paranormales o PSI.

         Se usa el término PSI para explicar procesos y factores humanos que van más allá de los principios limitativos de la Ciencia.

         La función PSI es la capacidad de producir fenómenos que van más allá de los límites físicos, pero siempre insertos en la psiquis humana, abarcando áreas: PSI-GAMMA y PSI-KAPPA.

         1.- La función PSI-GAMMA es la facultad humana de conocer algo a través de la clarividencia, precognición, o de la telepatía. En síntesis PSI-GAMMA es de dos formas:

a)    PSE, percepción sensorial extraordinaria.

b)    PES, percepción extra-sensorial.

2.- La función PSI-KAPPA es la facultad humana que consiste en la influencia de la mente sobre la materia o sobre un sistema de energías existentes en la naturaleza. El fenómeno correspondencia es llamado PSICOCINËTICA. La influencia provocada a distancia es llamada TELECINËTICA.

En el proceso PSI de ambas, las funciones, los resultados, son diferentes. En un caso, la persona pasa por una experiencia relacionada con una situación psíquica de otra persona, que percibe sin saber qué es la Telepatía.

En otro caso, ocurre un efecto físico sin aparente casualidad física, también inconsciente en su proceso, es la Telecinética.

El sensitivo recibe este nombre conforme los dones paranormales que posee: clarividente, clariaudiente, telépata, cinético, etc.

Es también llamado como “medium”, quien sirve de mediador entre los seres del más allá y los hombres de la tierra.

Sensitivo es el individuo que posee las cualidades paranormales PSI, que son naturales y originadas del propio psiquismo humano. Por eso no podemos endiosar a los sensitivos, atribuyéndoles poderes mágicos o sobrenaturales.

Todas las personas poseen esas facultades, aunque en embrión y en un grado diminuto. Sólo algunos las poseen en proporciones muy desarrolladas.

Las facultades del sensitivo están totalmente basadas en el inconsciente y, en general, se desarrollan desde la primera infancia hasta la pubertad, como auto-compensación o en sustitución de algo que falta o para conseguir algo que excita al subconsciente. Si estas cualidades no fueran innatas o poco desarrolladas hasta la juventud, se hace muy difícil desarrollarlas en la edad madura, como también es posible perderlas en un instante.

La persona nace con dones latentes y depende del medio ambiente en que vive, de las personas que lo rodean y de las oportunidades que tiene en la vida, para que ellas afloren.

Los fenómenos parapsicológicos surgen del plano inconsciente y por eso intentar estimularlos sin control técnico es exponerse a que el inconsciente tome cuenta de su personalidad. Pueden aflorar traumas latentes y una sola experiencia de estas puede desencadenar consecuencias funestas, principalmente en las personas desajustadas, desequilibradas, neuróticas o simplemente hipersensibles y altamente emotivas.

Las condiciones favorables al sensitivo son los ambientes calmos y tranquilos. No deben abusar del café, alcohol y azúcar, además de los estimulantes y drogas que desencadenan el inconsciente.

El sensitivo no debe abusar de sus dones cuando trabaja por mucho tiempo, pues podría desajustar el sistema nervioso y esto irá a repercutir en que los centros energéticos se alteren.

El inconsciente es algo desordenado e incontrolable y sin una buena asistencia podrá crear directa o indirectamente serios problemas.

La persona sensitiva que descubre sus dones y los usa excesivamente y sin control, producirá la mayoría de las veces, graves problemas para sí. Normalmente, el sensitivo que realiza el telediagnóstico sin control, se transforma en una persona sufridora, pues absorbe de los otros y del medio ambiente las informaciones negativas, no sabiendo lidiar con el fenómeno.

Es preciso conocerse a sí mismo y entrenar estos dones, colocándolos a su favor, no permitiendo que los mismos se tornen un estorbo y desequilibre su vida. Es necesario conocerlos en profundidad, a fin de controlar científicamente las capacidades PSI.

Se sugiere al sensitivo que use su buen sentido y procure la orientación de instructores competentes que puedan ayudarlo, en caso de que lo necesite.

Conforme el tipo de sensitivo o clarividente “ve claramente”, el telépata lo “siente”. El clarividente visualiza lo que siente. En la práctica, muchas veces puede existir que se mezclen las dos, telepatía y clarividencia, sentir y ver lo que siente.

Tanto la telepatía como la clarividencia son fenómenos de conocimiento simultáneo; la diferencia está sólo en el modo de expresar lo que se capta.

En telepatía, el sensitivo mentaliza y en la clarividencia su mente es como una máquina fotográfica. Podrá haber la expresión auditiva, formando la clariaudiencia, que es el fenómeno de oír, proceso por el cual la mente expresa la captación de voces o sonidos.

¿Cómo ser un receptor intuitivo o telepático?

Primeramente, debe haber un deseo intenso, muy fuerte, seguido de una disciplina mental, una limpieza de pensamientos.

La persona debe estar calma, centrada en su SER y esperar la comunicación en silencio. El ego no puede intervenir, sino ser domado, para tener la seguridad de que la información pase a través de sí y no provenga de uno mismo.

Es indispensable hacer el trabajo que sea con amor y fraternidad.

El receptor apenas recibe la información que fluye y la cualidad y verdad de la información dependerán del grado en que la persona sea capaz de poner su ego y la mente consciente a un lado.

Debe haber pureza de propósito y de corazón, dedicación, voluntad de adquirir y desarrollar esas habilidades.

Es necesario tener fe y confianza en sus dones para tener la seguridad de las informaciones que recibe. Si la persona receptora confía en lo que está haciendo, va a transmitir confianza a aquellos interesados en saber.

Es importante que el canalizador, libre de egoísmo, quede centrado en su Ser Espiritual y en silencio interno sepa elevar su espíritu, levantar su consciencia y alcanzar frecuencias vibratorias, las más altas posibles.

Es imprescindible que el sensitivo esté en una frecuencia elevada, punto este que solamente el entrenamiento y la persistencia tienen éxito.

Cada canalizador recibirá conforme su nivel de consciencia personal. Deberá pasar la imagen que recibe, lo más fiel posible, no dejando pasar juicios propios sobre aquello que está recibiendo.

En su condición de canal consciente, el sensitivo está en una posición privilegiada de recibir el conocimiento y sabiduría superior directamente, para que lo utilice o no, conforme quiera o sea el caso.

Todo el conocimiento es canalizado, así como lo fueron los descubrimientos de Einstein y tantas otras ideas y creaciones que llegaron a nosotros a través de la mente humana, originadas en otros planos.

Existe una universalidad e impersonalidad en todo el proceso. La canalización es una actividad útil para todos nosotros, pues hay momentos en que estamos solos y necesitamos de una respuesta inmediata.

Es indicado hacer un entrenamiento en grupo para adquirir confianza y, a medida que esta crece, evolucionamos en nuestros dones.

Todos nosotros somos sensitivos, pero es necesario tener voluntad y coraje para ser sinceros y auténticos en un servicio amoroso.

LAS FRECUENCIAS VIBRACIONALES

¿Qué es vibración?

El acto o efecto de vibrar, oscilar, movimiento de trepidación.

Toda sustancia vibra a su propia tasa y velocidad. Todo animal, planta, roca o cristal posee sus propias frecuencias vibratorias. La luz y la ausencia de ella, poseen vibraciones. El agua tiene su vibración, así como la energía electromagnética también.

La sensibilidad del ser humano a estas diferentes vibraciones depende de muchos factores. Existen varias influencias sobre la capacidad que cada persona tiene de oír, percibir, sentir o comprender las vibraciones a su alrededor y en su propio universo individual.

Todo color tiene su propia vibración. El espectro de onda de energía electromagnética, que crea la frecuencia vibratoria, desde la más baja a la más elevada, es: radio, infrarrojo, espectro de luz visible, ultravioleta, rayos X, rayos Gamma y rayo cósmico.

La onda de energía electromagnética se propaga a través del espacio o de la materia, por la oscilación de campos eléctricos y magnéticos, generados por una carga eléctrica oscilante. Como los hombres son de energía electromagnética, son capaces de captar muchas ondas vibratorias de fuentes externas a sus cuerpos.

Las distintas ondas de luz y vibraciones visibles son roja, naranja, amarilla, verde, azul y violeta. En cada color hay combinaciones que se puede hacer con el color siguiente. La luz blanca es la combinación de todos los colores de luz mezclados, como el rayo cósmico, que es luz blanca intensa de naturaleza etérica.

La luz negra, constituye la radiación infrarroja o ultravioleta invisible. Así, observamos que la onda de luz visible se encuentra en medio del espectro.

Los hombres a veces, se dan cuenta de ellas o las sienten. Es por eso que es capaz de ver el aura.

El aura humana se encuentra en los límites de la luz etérea que la visión normal de la mayoría de las personas no consiguen ver. Cuando las contempla, están captando colores en una vibración pura que pueden ser identificado con un color visual. Los colores de la luz en el aura son diferentes de los del espectro, porque pertenecen al plano etéreo.

La Nueva Era de Acuario de la comprensión, da al ser humano lo que significa “estar en la luz” y que es espiritualmente etérea.

Ser de la Consciencia del Cristo es lo mismo que estar en la Consciencia del Padre Supremo, como Jesús decía: “El Padre y yo (el Cristo) somos uno”.

No es necesario ir a la iglesia o a cualquier templo para entender la Consciencia del Padre Supremo. Dentro de su propio ser, cada uno puede encontrar el Reino del Padre. Es necesario vibrar con las vibraciones de la Consciencia Crística o Superior, para comprender.

La Consciencia Crística es una frecuencia de vibración elevada de conjunción con la Fuente Suprema.

Al elevar nuestros pensamientos en una frecuencia vibratoria más alta, trascendiendo las octavas, tendremos la capacidad de unirnos a la Mente Universal o a los Anales Akásicos, para alcanzar la inteligencia y el conocimiento del Universo. Seremos capaces de canalizarnos directamente con la Fuente. El Espíritu Divino sopla, dando las informaciones, orientaciones y auxilios que irán a aclarar los propósitos de la vida.

Las vibraciones de esa Consciencia de la Fuente, llegan para cada persona de una manera diferente. Algunos oyen un tono agudo en uno o en los oídos. En este momento, están siendo dadas informaciones que más tarde son traducidas o transmitirán conocimiento sobre algo.

Podrás despertar por la mañana y escuchar un silbido que, en verdad, no está en los oídos, pero es una vibración que ellos captan.

Esos sonidos son vibraciones etéreas que pueden ser proyectadas. Es importante que la persona que sirve de “canal” esté equilibrada y en armonía, vibrando con la energía de la Fuente Suprema.

La Fuente es “Todo lo que es” y, en el momento en que la capacidad de la humanidad para usar muchas variaciones vibratorias se expanda, la sensibilidad para actividades externas también aumenta. Cuando reconocemos que todo en el Universo está vibrando, entonces comenzamos a entender las cosas de la vida, por la Sabiduría Suprema.

Eso es progreso, evolución y curación.

Los reinos de la Tierra poseen su propia identificación y razón vibratoria. Cada alimento que ingerimos, para nuestra nutrición, vibrará y tendrá poder curativo si es escogido con sabiduría.

Cada cristal, roca o mineral en ciertos puntos de la Tierra, vibran con una medida y vibración específica. Cada uno contiene ciertas propiedades curativas. Todo animal también posee una vibración determinada, propia de su especie.

El hombre es la única especie de todos los reinos en la Tierra, que sabe pensar y tomar decisiones, por tanto, tiene la capacidad de determinar en que vibración desea canalizar su esfuerzo: positiva o negativamente. Ese es el libre arbitrio. La humanidad puede sintonizarse a cualquier vibración. El ser humano puede escoger vibrar en octavas más altas o más bajas.

El Padre Supremo dio al hombre un cerebro para pensar y un proceso para tomar decisiones  con la inteligencia y la sabiduría para saber la diferencia entre lo positivo y lo negativo.

En cuanto a la inteligencia y la sabiduría, la primera es la vibración del lado izquierdo del cerebro y la segunda la vibración de lado derecho que, cuando se combinan, entran en sintonía con la vibración de la Consciencia Suprema Transcendental.

         Cuando esto ocurre, seremos capaces de traducir las vibraciones recibidas, comprenderemos y nos uniremos con la Consciencia de la Fuente. Es en la Luz donde alcanzamos la paz, armonía y equilibrio.

         Al asumir la responsabilidad por nuestros pensamientos y sentimientos, nos daremos cuenta que tenemos el poder alterar y optar, caso de desearlo, por pensamientos y sentimientos que configuren la unidad, alegría, paz y contento. La elección es nuestra.

         Visualiza ahora el interior de tu cuerpo para ver si localizas puntos en que se acumule la energía, esté bloqueada o detenida. O mejor, centra la atención en un lugar donde haya dolor o un órgano enfermo, o cualquier molestia que sintamos. Envía luz al punto escogido para trabajar. Mentalmente, pregunta qué pensamiento, sentimiento o sensación está anclado en este lugar. Acepta tranquilamente lo que te sea transmitido y manda más luz blanca o dorada para este área.

         Busca más fuerza y voluntad dentro de ti mismo, respirando profundamente y llenándote de energía con más luz solar blanca y dorada, para seguir adelante con tu trabajo de transformación. Repite esta respiración hasta que te sientas más vitalizado y con más fuerza.

         La fuente de toda manifestación de vida es el Amor, una frecuencia de color rosa vibrante. Envía ahora la llama rosa del amor hacia el punto que está siendo trabajado y transmutado y la alquimia acontece naturalmente. El equilibrio puede ser establecido y completo el proceso con la sensación de paz y armonía dentro de tu interior.

         El proceso de cura que ocurre en tu interior, se desarrolla en varios niveles de tu ser. Pida a tu Yo Superior que los llene con esta llama rosa/dorada del amor impersonal. Donde hay amor hay vida, energía y movimiento. La energía de la vida tiene el poder de movilizar la energía bloqueada, que está presa. Pero si “soplas la vida” en el punto necesitado, ella responderá. Todo depende de la intensidad emocional y de la credibilidad, que es la fe que tienes. Ahora vamos a expandir la consciencia a una nueva dimensión. Puedes sentir tu cuerpo como una haz de energía donde circula la vida. Coloca tu atención en un determinado punto, más o menos treinta centímetros por encima de tu cabeza, en forma de una estrella, con una luz blanca muy intensa que irradia una luz dorada que entra por la parte superior de la cabeza, desciende por la garganta y se afirma en el centro del corazón.

         Siente la ampliación que está ocurriendo en este trayecto de la cabeza al corazón. Deja que la luz se expanda y permite que descienda desde tu corazón iluminado, una línea de luz violeta y rojo-rubí-dorado que llega hasta los pies, circulando en espiral, descendiendo y subiendo, mientras las dos llamas van transformando y transmutando  las energías bloqueadas y desequilibradas.

         Centraliza nuevamente tu observación en el punto central de tu ser, tu chakra cardíaco, y báñate en luz blanca y dorada. Deja que ese flujo de energía irradie ahora, con una luminosidad especial, la llama rosa que llena todo tu ser.

         Crea tu “Momento de Amor Incondicional”, impersonal, entrando en unidad con todas las cosas y con el Universo. Siente la libertad de disfrutar y permítete sentirte libre y deja que una gran alegría fluya en tu corazón. Procura estar en este estado el mayor tiempo posible, en un gran silencio interno, disfrutando el Amor, el Amado y el Amante, en la Unidad.

         Ahora con este ejercicio/meditación mencionado, podrás profundizar más aun y tendrás ocasión de conocerte mejor. Lo haces cuantas veces sea necesario y podrás indicárselo a otras personas, pues no presenta ninguna contraindicación especial. Tengo la seguridad de que todos tendrán gran satisfacción y beneficio. No basta hacerlo una vez, sino que tendrá que ser repetido muchas veces, hasta que el subconsciente lo acepte como una verdad, como algo bueno y entonces, automáticamente, llegará la transformación. Usa la fuerza del primer rayo de expresión de la vida que es la fuerza, la fuerza de voluntad del amor para consigo mismo y persiste e insiste. Pide adquirir esta cualidad de auto-disciplina y fuerza de voluntad a través de la llama azul del primer rayo.

DESPEDIDA

         Éste fue él último de los Cursos que impartí en “El Paradís”, hace ya cuatro años. En él quise dar la síntesis de mis enseñanzas, al menos la esencia de todo lo que la espiritualidad significa para mí.

         Hay otros conocimientos que podrían parecer más completos o amenos, pero me ha parecido mejor repetir el “El segundo nacimiento”, porque creo que reúne muchas enseñanzas en muy poco espacio, compartidas con vosotros en estos cuatro días transcurridos de manera tan agradable en “El Paradís”, de Gisclareny (Bagá) en Barcelona. Una casa que he visitado durante más de dieciseis años, y que tantos recuerdos y experiencias han dejado en mí.

         Perfecto y Sefa, tanto monta monta tanto, han sido los anfitriones ejemplares, dando acogida a tantos amigos y dedicándoles tiempo y atenciones, y quiero agradecerles el placer de habernos invitado y poner la casa y sus servicios a nuestra disposición.

         Hace más de cuatro años que me decidí a que estas charlas y meditaciones fueran acabando, y dedicarme más tiempo, pues reconozco haberme abandonado y repetirme, como si la fuente interior fuera incapaz de manar nuevas luces. Fue el interés de volver a mis orígenes y comenzar de nuevo y así fue, pero durante ese tiempo he pasado por algunas experiencias aleccionadoras, tantas que me ha parecido que alguien me guiaba para que mi camino no fuese el que yo quería sino el que me fue destinado; hago esta confesión a todos vosotros, porque he aprendido que todo camino debe tener una voluntad propia y otra que parece marcada desde el  principio. Recordad que de la tesis viene la antítesis, para desembocar en la síntesis y volver de nuevo para iniciar un nuevo ciclo.

         Mis recuerdos siguen con vosotros y estoy seguro de que muchas veces tendré nostalgia del tiempo pasado. Este adios no supone que vaya a desaparecer físicamente, pues estaré siempre a vuestra disposición y dispuesto a estar, si lo deseais, una vez más en otros Cursos,  si ello fuera de vuestro agrado.

         Salud y suerte, compañeros.

                                 

 

 

  SEGÚN VA CANTANDO EL ALMA

                            He llegado hasta aquí, con el rostro ensombrecido.

                            Es Octubre, en las playas y en el campo;

                            y se anida el bosque con hojas rojo – ocre,

                            casi secas.

                            Uno nunca se resigna a sentir la montaña

                            o el río a sus espaldas;

                            y, de continuo, olas rastrean infancias o castillos

                            con almenas vigilantes

                            de princesas encantadas.

                            Se hace todo tan presente en la imaginación,

                            tan constante,

                            que granan alivios, esperanzas,

                            pregones de buena nueva,

                            susurros,

                            sisear del alba,

                            cantos de ruiseñor,

                            de la alondra,

                            de tórtolas,

                            de la paloma blanca. Y se va

                            alegrando el rostro

                            según va cantando el alma.


 

 

 

                                              

 

 

 

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